Variantes de la composición del grupo 3
Hay tres
variantes principales de la tabla periódica, cada una diferente en cuanto a la
constitución del grupo 3. Escandio e itrio se muestran de manera uniforme, ya
que son los dos primeros miembros de este grupo; las diferencias dependen de la
identidad de los miembros restantes.
Versión 1.
El grupo 3 está formado por el Lantano
(La) y actinio (Ac) que ocupan los dos puestos por debajo del itrio (Y). Esta
variante es la más común. Hace hincapié en las similitudes de las tendencias
periódicas bajando los grupos 1, 2 y 3, a expensas de las discontinuidades en
las tendencias periódicas entre los grupos 3 y 4 y la fragmentación de los
lantánidos y actínidos.
Versión 2.
El grupo 3 está formado por Lutecio (Lu) y
lawrencio (Lr) ocupan los dos puestos por debajo del itrio, pero esta variante
conserva un bloque f de 14 columnas de ancho, a la vez que desfragmenta a
lantánidos y actínidos. Enfatiza las similitudes de tendencias periódicas entre
el grupo 3 y los siguientes grupos a expensas de discontinuidades en las
tendencias periódicas entre los grupos 2 y 3.
Versión 3.
El grupo 3 está formado por Sc, Y, y 15 lantánidos y 15 actínidos. Las dos posiciones por debajo de itrio contienen los lantánidos y
los actínidos. Esta variante enfatiza las similitudes en la química de los 15
elementos lantánidos (La-Lu), a expensas de la ambigüedad en cuanto a los
elementos que ocupan las dos posiciones por debajo de itrio del grupo 3, y
aparentemente de un bloque f amplio de 15 columnas —solo puede haber 14
elementos en cualquier fila del bloque f—.
Las tres
variantes se originan de las dificultades históricas en la colocación de los
lantánidos de la tabla periódica, y los argumentos en cuanto a dónde empiezan y
terminan los elementos del bloque f. Se ha afirmado que tales argumentos son
la prueba de que «es un error de romper el sistema [periódico] en bloques
fuertemente delimitados». Del mismo modo, algunas versiones de la tabla dos
marcadores han sido criticados por lo que implica que los 15 lantánidos ocupan
la caja única o lugar por debajo de itrio, en violación del principio básico de
«un lugar, un elemento».
Forma larga de la tabla periódica, como resultado de la asignación
de los lantánidos y actínidos al grupo 3, bajo Sc e Y.
Tablas periódicas con estructura diferente
La tabla
periódica moderna a veces se expande a su forma larga o de 32 columnas
restableciendo los elementos del bloque f a su posición natural entre los
bloques s y d. A diferencia de la forma de 18 columnas, esta disposición da
como resultado «el aumento sin interrupciones a la secuencia de los números
atómicos». También se hace más fácil ver la relación del bloque f con los otros
bloques de la tabla periódica. Jensen aboga por una forma de tabla con 32
columnas con base en que los lantánidos y actínidos son relegados en la mente
de los estudiantes como elementos opacos y poco importantes que pueden ser
puestos en cuarentena e ignorados. A pesar de estas ventajas, los editores
generalmente evitan la formulación de 32 columnas porque su relación
rectangular no se adapta adecuadamente a la proporción de una página de libro.
La tabla periódica en el formato de 32 columnas.
Los
científicos discuten la eficiencia de cada modelo de tabla periódica. Muchos
cuestionan incluso que la distribución bidimensional sea la mejor. Argumentan
que se basa en una convención y en conveniencia, principalmente por la
necesidad de ajustarlas a la página de un libro y otras presentaciones en el
plano. El propio Mendeléyev no estaba conforme y consideró la distribución en
espiral, sin suerte. Algunos argumentos en favor de nuevos modelos consisten
en, por ejemplo, la ubicación del grupo de los lantánidos y de los actínidos
fuera del cuerpo de la tabla, e incluso que el helio debería estar ubicado en
el grupo 2 de los alcaniotérreos, pues comparte con ellos dos electrones en su
capa externa. Por ello con los años se han desarrollado otras tablas periódicas
ordenadas en forma distinta, como por ejemplo en triángulo, pirámide, tablas en
escalones, torre y en espiral. A este último tipo corresponde la galaxia química, la espiral de Theodor
Benfey y la forma en espiral-fractal de Melinda
E Green. Se estima que se han publicado más de 700 versiones de la tabla
periódica. Según Phillip Stewart, si Mendeléyev hubiera seguido desarrollando
el modelo en espiral, hubiera podido predecir las propiedades de los halógenos. Utilizando esta idea, el propio Stewart creó una tabla periódica
en espiral a la que dio en llamar «Galaxia química», en la que acomoda la
longitud creciente de los períodos en los brazos de una galaxia en espiral.
En
palabras de Theodor Benfey, la tabla y la ley periódica “son el corazón de la química
—comparables a lo que la teoría
de la evolución en biología (que sucedió al concepto de la Gran
Cadena del Ser) y las leyes de la termodinámica en la física
clásica. Sin embargo, la tabla periódica
estándar como se muestra en los salones de clase y se utiliza en los libros de
texto siempre me pareció completamente insatisfactoria. Con sus lagunas
de mamut en el primer y segundo períodos y las colecciones no unidas
de lantánidos y actínidos flotantes por debajo de la tabla, la última impresión
que un estudiante tendría sería el sentido de la periodicidad de un elemento”.
Tabla en espiral de Benfey.
Su
preocupación, pues, era estrictamente pedagógica. Por ese motivo diseñó una
tabla periódica oval similar a un campo de fútbol que no mostraba saltos ni
elementos flotantes. Ordena los
elementos en una espiral continua, con el hidrógeno en el centro y los metales
de transición, los lantánidos y los actínidos ocupando las penínsulas. No
obstante, no se sintió satisfecho con el resultado, ya que no tenía espacio
suficiente para los lantánidos. Por ello en un rediseño posterior creó una
protusión para hacerles sitio y lo publicó en 1964 en la revista de la que
era redactor jefe, Chemistry (química), de la American Chemical Society. La tabla fue modificada para dejar abierta la posibilidad de
acomodar nuevos elementos transuránicos que todavía no se habían detectado,
cuya existencia había sido sugerida por Glenn
Seaborg, así como otros cambios menores. La
espiral de Benfey fue publicada en calendarios, libros de texto y utilizada por
la industria química, por lo cual se volvió popular.
La tabla
fractal se basa en la continuidad de las características del elemento al final
de una fila con el que se encuentra al inicio de la siguiente, lo que sugiere
que la distribución podría representarse mejor con un cilindro en lugar de
fraccionar la tabla en columnas. Además, en algunos casos había muchas
diferencias entre algunos elementos con números atómicos bajos. Por otra parte,
la tabla incorpora la familia de los actínidos y los lantánidos al diseño
general, ubicándolos en el lugar que les correspondería por número atómico, en
lugar de mantenerlos separados en dos grupos flotantes al final como sucede en
la tabla estándar. El resultado es que las familias, en lugar de seguir
columnas, siguen arcos radiales. Esta tabla evidencia la periodicidad
introduciendo horquillas en el inicio de los períodos de longitud 8, 18 y 32.
La mayoría
de las tablas periódicas son de dos dimensiones; sin embargo, se conocen tablas
en tres dimensiones al menos desde 1862 (pre-data tabla bidimensional de
Mendeléyev de 1869). Como ejemplos más recientes se puede citar la
Clasificación Periódica de Courtines (1925), el Sistema de Lámina de Wrigley
(1949), la hélice periódica de Giguère (1965) y el árbol periódico de Dufour (1996). Se ha descrito
que la Tabla Periódica de Stowe (1989) tiene cuatro dimensiones —tres espaciales
y una de color—. O Para los más modernos la tabla de 3D de Google.
Las
diversas formas de tablas periódicas pueden ser consideradas como un continuo
en la química-física. Hacia el final del continuo químico se puede encontrar,
por ejemplo, la Tabla Periódica Inorgánica de Rayner-Canham (2002), que hace
hincapié en las tendencias, patrones, relaciones y propiedades químicas
inusuales. Cerca del final del continuo físico está la tabla periódica
ampliada escalonada por la izquierda de Janet (1928).
Tiene una estructura que muestra una relación más estrecha con el orden de
llenado de electrones por capa y, por asociación, la mecánica cuántica. En algún lugar en medio del continuo se ubica la ubica tabla
periódica estándar; se considera que expresa las mejores tendencias empíricas
en el estado físico, la conductividad eléctrica y térmica, los números de
oxidación, y otras propiedades fácilmente inferidas de las técnicas
tradicionales del laboratorio químico.
Gracias por leer, que la ciencia y la fuerza os acompañe; última publicación del mes, el mes que viene terminamos con estas lecciones de química.
Artículo escrito por Ana María Morón Usero o Ammu.
Gracias por leer, que la ciencia y la fuerza os acompañe
Podéis encontrar mucho más sobre esta ciencia en el Glosario de la Química y muchos científicos destacados de la misma y de otras ramas.
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