LA ENSEÑANZA DE LA CIENCIA A TRAVÉS DE MARIA MONTESSORI
SONSOLES BARRIO GARCÍA-NIETO
Seguramente todos habremos escuchado la antigua frase de “la experiencia es la madre de la ciencia” para referirnos a que podemos resolver cualquier situación gracias a nuestras vivencias anteriores. Esta frase significa que el conocimiento y las habilidades se adquieren principalmente a través de la práctica y la observación, en lugar de la teoría, y es que generalmente el ser humano aprende más haciendo las cosas por sí mismo y aprendiendo de sus propios errores que de las experiencias ajenas por mucho que nos las repitan y suenen convincentes. No sé si María Montessori habría escuchado alguna vez esa frase, pero de haberlo hecho seguramente la hubiera secundado puesto que su metodología está basada casi por completo en esa premisa.
¿QUIÉN FUE MARIA MONTESSORI?
María Montessori fue una mujer totalmente adelantada a su época, nació en 1870 en Chiaravalle, Italia, y desde niña tuvo mucha personalidad y mostró un gran interés por las matemáticas y la ciencia en general, cosa poco común en una mujer de aquella época, no tanto el hecho de ser curiosa y mostrar interés por el mundo, sino el mantener ese interés a pesar de que te intentaran convencer que las mujeres no valían para eso. Si hoy en día a veces cuesta encontrar referentes femeninos en ese campo imaginad a una niña a finales del siglo XIX, es por eso por lo que todas estas mujeres merecen un gran reconocimiento en la historia, porque les costó el doble conseguir estar donde estuvieron. Todo ese entusiasmo y gusto por las ciencias lo mantuvo a lo largo de los años y es lo que le impulsó a estudiar medicina, graduándose como doctora en la Universidad de Roma en 1896 y convirtiéndose de este modo en una de las primeras mujeres médicas en Italia, algo que evidentemente estuvo sujeto a muchos prejuicios sociales.
Imagen 1.
María Montessori. Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Maria_Montessori#/media/Archivo:Maria_Montessori_(portrait).jpg
Mientras
estuvo trabajando como doctora puso el foco en niños con discapacidades tanto
físicas (principalmente niños con algún tipo de discapacidad visual) como
mentales, ya que se dio cuenta que a pesar de que en aquella época se les
apartaba del sistema de enseñanza, ellos podían aprender con el ambiente
adecuado y con herramientas adaptadas a sus necesidades, algo que hoy en día es
una obviedad pero que por aquel entonces era un pensamiento muy innovador.
Empezó a aplicar con ellos métodos de observación científica, construyó
ambientes ideales para su aprendizaje basados en los sentidos y diseñó
materiales de aprendizaje adaptados a ellos y pronto empezó a comprobar en
muchos de ellos una gran mejoría en sus resultados pasando de ser niños dados
por perdidos y apartados por el sistema a personas funcionales capaces de hacer
cosas con libertad y autonomía.
¿CÓMO HIZO UN NUEVO MÉTODO DE ENSEÑANZA?
Es entonces cuando Montessori empieza a dar forma a su famoso método que rápidamente convenció a otros pedagogos y se extendió por varios países de Europa, India y América. Al comprobar lo bien que funcionaba ese estilo de enseñanza-aprendizaje con los niños con discapacidad y sobre todo en el ámbito de aprendizaje de materias científicas decidió establecer paralelismos en la forma de enseñar otras materias como la música, las artes plásticas, el lenguaje y la vida cotidiana. Empezó a extrapolar esa metodología tan novedosa y práctica a todo tipo de alumnado y a otros campos del saber para crear un método propio que diera respuesta a las necesidades reales de los niños y niñas de aquella época y sobre todo de entornos más vulnerables y desfavorecidos ya que ella siempre sintió un enorme compromiso con la sociedad en ese aspecto (cabe mencionar que fue nominada tres veces a premio nobel de la paz).
Imagen 2. El método Montessori en The New Student's Reference Work, 5 v. Chicago, 1914. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Maria_Montessori#/media/Archivo:LA2-NSRW-3-0269.jpg
Así es como nace en 1907 su primera escuela llamada Casa dei Bambini en un barrio pobre de Roma donde comenzó a desarrollar su propio método, el cual se basa principalmente en tres principios:
El primero es
hacer a los niños autónomos para que puedan desenvolverse en su día a
día sin depender de terceras personas, creando a personas funcionales y
críticas capaces de resolver sus propios problemas.
El segundo es
que el aprendizaje sea mediante el juego y la experiencia. Esto quiere
decir que pasamos de lo concreto a lo abstracto, de la práctica a la
teoría, primero los niños y niñas vivencian a través de experiencias
sensoriales y manipulativas y después se introducen los términos científicos y
las explicaciones teóricas.
Y, por último,
la preparación del entorno, es decir, tenemos que elaborar ambientes
preparados en los que se encuentren los materiales específicos para trabajar lo
que queramos concretamente. Es aquí donde entra en juego una figura esencial
que es el profesor/a Montessori.
Imagen 3. Escuela Montessori. Fuente: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Montessori-school007.jpg
La figura del profesor en esta metodología no puede ser la de un profesor tradicional que usa sobre todo métodos expositivos con sus alumnos, no es una persona que posee todos los conocimientos y que por tanto se los transmite a sus alumnos de forma incuestionable. El rol del profesor, más bien, es el de un guía, por eso, en términos de pedagogía Montessori, se les suele llamar así. El adulto no es quien “enseña” en el sentido tradicional sino quien se encarga de preparar el ambiente y los materiales necesarios y de despertar el interés por el aprendizaje en el alumnado. Es quien se encarga de orientar el aprendizaje señalando dónde mirar, pero no qué ver exactamente para que el niño lo descubra por sí mismo.
METODOLOGÍA MONTESSORI
Centrándonos
más de cerca en la enseñanza de las ciencias, nos damos cuenta de que
este método otorga mucha importancia a varias disciplinas científicas ya que,
como se ha dicho anteriormente, María Montessori siempre se sintió muy atraída
por la ciencia en general. Es por ello por lo que dentro de su método crea un
apartado llamado “Currículum cósmico” que presenta el universo como un todo
interconectado. Dentro de este currículo se encuentran las siguientes
disciplinas: botánica y zoología, física y química, astrología y geología y
ciencias humanas (lo que entendemos como geografía física y cultural).
Esta
metodología está estructurada en cuatro niveles que se ajustan a la edad
de los niños y en cada uno de ellos se abordan las disciplinas científicas
desde diferentes enfoques ya que se adaptan a la edad física y mental del
alumnado. Es importante saber que este método está diseñado para un aprendizaje
autodirigido, lo que significa que los alumnos escogen los temas que son de
su interés y, por tanto, en este caso, eligen las actividades científicas que
más les apetece trabajar, fomentando un aprendizaje más significativo, profundo
y auténtico. A continuación, explicaremos de forma resumida cómo se trabajan
las ciencias en cada una de estas etapas:
La primera
Etapa es la Casa de niños, que comprende de los 3 a los 6 años y
es donde se comienza a inculcar el gusto por aprender y por explorar el entorno
de forma curiosa. Se preparan actividades de exploración con los sentidos,
cuidado y clasificación de las plantas y seres vivos, observación de hechos
científicos como los cambios de estado del agua, etc.
La segunda
etapa es el Taller I, de los 6 a los 9 años, es donde se empieza a
introducir el “Currículum Cósmico” con experimentos sencillos que comprenden
todas las disciplinas mencionadas anteriormente y se empiezan a realizar las
primeras investigaciones siguiendo el método científico. Por ejemplo, en el tema
de la flotación y densidad el profesor-guía puede presentar un barreño con agua
y una bandeja con diferentes objetos como corcho, piedra, plastilina, madera,
etc. Primero el niño predice qué objetos pueden flotar y cuáles no, después lo
comprueba y finalmente lo “teoriza” realizando una tabla o dibujo y anotando
sus observaciones en un cuaderno.
La tercera
etapa se conoce como Taller II y comprende de los 9 a los 12 años. Esta
etapa sería una ampliación más efusiva de los aprendido durante el Taller I con
investigaciones científicas más profundas y complejas, aprendiendo hechos
científicos más complicados de entender como, por ejemplo, la electricidad,
creando sus propios circuitos eléctricos y viendo cómo funcionan. También se
fomentará mucho el trabajo en grupo y la creación de proyectos científicos
basados en los intereses del alumnado.
Por último,
encontramos la cuarta etapa que se conoce como Secundaria (12-15 años) Donde
se elaborarán ya proyectos científicos reales en laboratorios (con materiales
de laboratorio reales) y trabajos de campo siguiendo el método científico y se
integrarán todos estos aprendizajes con la vida social y comunitaria. Un
ejemplo de actividad en esta etapa podría ser recolectar diversas flores,
diseccionarlas en un laboratorio y clasificarlas según sus partes
reproductivas.
Imagen 4.
María Montessori preparando el ambiente para sus alumnos. Fuente:
https://es.wikipedia.org/wiki/Maria_Montessori#/media/Archivo:Mar%C3%ADa_Montessori_y_el_Ambiente_Preparado.jpg
Como podemos
observar este método de enseñanza muestra un enfoque muy interesante a la hora
de trabajar diferentes disciplinas científicas pues es un método práctico y
motivador que posee muchos beneficios para el alumnado, no solo por la
introducción y fomento de interés en el mundo de las ciencias sino también
porque a través de esta enseñanza se desarrollan otros aspectos fundamentales
en la formación de un ser humano como son el pensamiento crítico, la autonomía,
la curiosidad natural por el mundo que nos rodea y la integración de
conocimientos a través de vivencias significativas y no solo desde la
memorización de conceptos.
METÓDO EN ESPAÑA
A pesar de que
el sistema educativo español está diseñado de forma diferente y que por tanto
no se puede aplicar este método de forma integral en un centro educativo (a no
ser que sea un centro específico de metodología Montessori), si sería
interesante que en la medida de lo posible pudiéramos adaptar conceptos de este
método a nuestra forma de dar clase, aunque por supuesto, conociendo nuestras
limitaciones, ya que muchas veces en los centros públicos no vamos a contar con
las herramientas necesarias para llevarlo a cabo de forma correcta (falta de
material y ambientes preparados, ratios de alumnos muy elevadas que no nos
permiten enfatizar en las necesidades de cada uno de ellos, rigidez del
currículo que no nos permite adaptar la enseñanza a los verdaderos intereses
del alumnado, etc.).
CONCLUSIÓN
Concluyendo,
desde aquí animo a dos cosas tanto a docentes como a científicos o personas de todo tipo de profesiones: La
primera, que conozcamos y valoremos la existencia de mujeres como María
Montessori a lo largo de la historia que, a pesar de tenerlo muy difícil,
lucharon por lo que creían y defendieron sus ideas en aras de un mundo más
justo, y, la segunda, que, aun sabiendo
todos los impedimentos para realizar correctamente su metodología, nos quedemos
con lo verdaderamente importante y con su esencia: educar personas críticas,
autónomas, pacíficas, despiertas, con ganas de hacer cosas y que siempre tengan
ganas de aprender del mundo exterior.
“Sembrad en los niños
buenas ideas, aunque no las entiendan; los años se encargarán de descifrarlas
en su entendimiento y de hacerlas florecer en su corazón”.
María Montessori.
BIBLIOGRAFÍA
Castellarnau, A. & Castro, M. María
Montessori: la mujer que revolucionó la educación. RBA Libros. 2019
Montessori, M. El método de la pedagogía científica. Aplicado a la educación de la infancia. Ed. Biblioteca Nueva (Colección: Memoria y crítica de la educación). 2014
Autora invitada: SONSOLES BARRIO GARCÍA-NIETO, profesora de
educación primaria con especialidad en música, amante de la poesía y autora de
“Un viaje hacia dentro”. Colabora para
contarnos detalles de la educación y la enseñanza que se aplican a la ciencia y
a otras tantas ramas.
Artículo editado por Ammu.
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