miércoles, 1 de junio de 2022

Mary Anning científica, paleontóloga y mujer.

Interacciones con la comunidad científica

Además de adquirir sus especímenes, varios de los principales geólogos de la época visitaron a Anning para trabajar con ella en la recolección de fósiles y para tratar cuestiones de anatomía y clasificación. Henry de la Beche, quien se convertiría en uno de los principales geólogos británicos, recolectaba fósiles con ella (y a veces también con su hermano Joseph) cuando todavía eran adolescentes.

William Buckland quien daba clases de geología en Oxford a menudo visitaba Lyme en sus vacaciones de Navidad y frecuentemente recolectaba junto con Anning.​ En 1839, Buckland, Conybeare y Richard Owen visitaron Lyme juntos para que Anning los llevara de excursión en busca de fósiles. También a veces ayudaba a Thomas Hawkins en sus esfuerzos por buscar fósiles de ictiosauro en Lyme en la década de 1830. Ella era consciente de la inclinación de Hawkings de «mejorar» los fósiles que recolectaba. Unos años más tarde se produjo un escándalo público cuando se descubrió que Hawkins había insertado huesos falsos para hacer que algunos de sus esqueletos de ictiosauros parecieran más completos; los fósiles habían sido adquiridos después por una gran suma por el gobierno para el Museo Británico, sin saber los evaluadores de las adiciones.

El paleontólogo suizo Louis Agassiz visitó Lyme en 1834 y trabajó con Anning para obtener y estudiar los fósiles de peces de la región. Quedó tan impresionado por el conocimiento de Anning y su amiga Elizabeth Philpot que escribió en su diario: «La señorita Philpot y Mary Anning han sido capaces de mostrarme con certeza absoluta las aletas dorsales de los tiburones ictiodorulites que corresponden a diferentes tipos». Agradeció a ambas por su ayuda en su monumental libro, Estudios sobre peces fósiles.

Otro geólogo británico importante, Roderick Murchison, hizo parte de su primer trabajo de campo en el suroeste de Inglaterra, incluyendo Lyme. A Murchison le acompañaba por su esposa Charlotte, que le ayudaba con su trabajo. Murchison escribió que decidieron que Charlotte debería quedarse en Lyme durante unas pocas semanas para «convertirse en una buena paleontóloga en la práctica, trabajando con la célebre Mary Anning de ese lugar [...]». Charlotte Murchison y Anning se convirtieron en amigas de toda la vida e intercambiaron numerosas cartas. Charlotte, que viajó mucho y conoció a muchos geólogos prominentes a través de su trabajo con su esposo, ayudó a construir a Anning una red de clientes en toda Europa, y Anning estuvo en la casa de la familia Murchison en su visita a Londres en 1829. Entre los corresponsales de Anning se incluyen Charles Lyell, quien le escribió para pedirle opinión sobre cómo el mar estaba afectando a los acantilados costeros alrededor de Lyme, y Adam Sedgwick, que enseñó geología en la Universidad de Cambridge (Charles Darwin fue alumno suyo) y que fue uno de los primeros clientes de Anning. Incluso Gideon Mantell, descubridor del dinosaurio Iguanodon, la visitó en su tienda.

Considerada como una intrusa

Al ser una mujer de clase trabajadora, Anning siempre sería considerada como una intrusa para la comunidad científica. En esa época a las mujeres de Gran Bretaña no se les permitía votar (ni a los hombres de clase obrera que eran demasiado pobres para cumplir con el requisito de tener propiedades), ocupar cargos públicos o asistir a la universidad, y la recientemente formada, pero cada vez más influyente Sociedad Geológica no permitía siquiera a las mujeres asistir a las reuniones en calidad de invitados, y mucho menos convertirse en miembros.​

También tuvo en contra, el origen trabajador de Anning y la situación de su familia como disidentes religiosos, que casi con toda seguridad puede afirmarse que Anning fue sujeta a discriminación en una ciudad conservadora como Lyme Regis. En la mayoría de los casos, las únicas ocupaciones que estaban abiertas a las mujeres de clase baja en ese momento eran los trabajos agrícolas, el servicio doméstico, y (cada vez más) el trabajo en las fábricas de reciente apertura. Aunque Anning sabía más sobre fósiles y geología que la mayoría de hombres paleontólogos a los que vendía, eran sólo estos señores los que publicaban la descripción científica de los especímenes que ella encontró, a menudo negándose a mencionar su nombre. Como se suele decir caraduras. Pero sigamos... Con el tiempo, provocó que se sintiera más contrariada.​ Más tarde, una joven que a veces la acompañaba mientras ella recogía, escribió: «Mary dice que el mundo la ha utilizado hasta la saciedad... estos hombres de ciencia han chupado su cerebro, y han sacado un gran partido publicando obras, de las cuales ella elaboró los contenidos, sin recibir nada a cambio».


Dificultades financieras y conversión religiosa

En 1830, debido a la crisis económica en Gran Bretaña, que redujo la demanda de fósiles, unido al largo tiempo que transcurrió entre los principales hallazgos, Anning estaba teniendo dificultades financieras de nuevo. El geólogo Henry de la Beche la ayudó realizando un encargo a Georg Scharf que consistía en hacer una impresión litográfica a partir de su pintura en acuarela Duria Antiquior, la cual retrata la vida en un Dorset prehistórico basado en gran medida en los fósiles que Anning había encontrado. De la Beche vendió copias de la litografía a colegas geólogos y otros amigos ricos y le donó a ella el dinero recaudado. Se convirtió en la primera escena del tiempo profundo en recibir una amplia difusión. En diciembre de 1830 finalmente hizo otro gran hallazgo: el esqueleto de un nuevo tipo de plesiosaurio, que se vendió por £200. También por esta época, Anning cambió su asistencia de la Iglesia congregacional local, donde había sido bautizada y en la que ella y su familia siempre habían sido miembros activos, a la iglesia anglicana. El cambio fue motivado en parte por un fuerte descenso en el número de personas que asistían a la capilla local de la Congregación, que comenzó en 1828 cuando su popular pastor, un coleccionista de fósiles compañero y amigo de Anning, se marchó a Estados Unidos para hacer campaña contra la esclavitud y fue sustituido por una persona menos agradable. La mayor respetabilidad social de la iglesia establecida, en la que muchos de los clientes de Anning, caballeros geólogos como Buckland y Conybeare fueron ordenados sacerdotes, también fue un factor en su decisión. Anning, que era muy devota, apoyó activamente a su nueva iglesia conforme envejecía.

Anning sufrió otro revés financiero grave en 1835 cuando perdió la mayor parte de sus ahorros de toda la vida, alrededor de £300, en una mala inversión. Preocupado por su situación financiera, su viejo amigo William Buckland convenció a la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia y el gobierno británico decidió concederle una pensión anual, conocida como Lista Civil, en reconocimiento de sus muchas contribuciones a la ciencia de la geología. La pensión de £25 al año le confirió un cierto grado de seguridad financiera.29

Enfermedad y fallecimiento

En marzo de 1847 Anning murió de cáncer de mama, a los 47 años de edad. Su trabajo se había reducido durante sus últimos dos años de vida a causa de la enfermedad. Como algunos vecinos malinterpretaron los efectos de las dosis crecientes de láudano que estaba tomando para el dolor, se rumoreó en Lyme que estaba bebiendo.​ Tras su muerte, su amigo Henry de la Beche, presidente de la Sociedad Geológica de Londres, escribió un panegírico publicado en las actas trimestrales de la Sociedad. Normalmente, tal honor solo era concedido a los miembros fallecidos y Anning fue, no solo la primera persona que los recibió sin pertenecer a la asociación, sino también la primera mujer a quien fueron dedicados. No hay que olvidar que la Sociedad Geológica de Londres, hasta 1904, no admitió entre sus miembros a ninguna persona del sexo femenino.

Algunos miembros de la sociedad posteriormente contribuyeron a sufragar una vidriera en su memoria que se colocó en la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel en Lyme Regis. La inscripción de la ventana reza: «esta ventana está consagrada a la memoria de Mary Anning, de esta parroquia, que murió el 9 de marzo de 1847, erigida por el vicario y algunos miembros de la Sociedad Geológica de Londres en conmemoración a su utilidad en el avance de la ciencia de la geología, y también a su bondad de corazón y su integridad». La vidriera representa las obras de misericordia, es decir, dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al que está desnudo, acoger al que no tiene casa, visitar a los prisioneros y a los enfermos. Charles Dickens escribió un artículo sobre su vida en su revista literaria All the Year Round que recalcaba las dificultades que tuvo que superar, especialmente el escepticismo de sus vecinos de Lyme. Dickens escribió: «la hija del carpintero merecía conseguir la reputación que ella misma se labró».


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Muchas gracias por leer, que la ciencia y la fuerza os acompañe.

Artículo de Ana María Morón Usero o Ammu

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