Georges Louis Leclerc, conde de Buffon (Montbard, Borgoña, 7 de septiembre de 1707 – París, 16 de abril de 1788) fue un naturalista, botánico, biólogo, cosmólogo, matemático y escritor francés.
Buffon pretendió compendiar todo el saber humano sobre el mundo natural en su
obra en 44 volúmenes Histoire
naturelle. Su enfoque influyó en la Enciclopedia de Diderot y sus ideas también lo hicieron sobre las siguientes
generaciones de naturalistas y en particular sobre Lamarck, Cuvier y Darwin (los tres están en las redes sociales para que aprendáis aún más
ciencia con ellos).
Biografía
Nació en
el castillo de Montbard, en 1707, en una familia de ricos y altos funcionarios.
Tras estudiar en el colegio de jesuitas de Dijon, se licenció en Derecho en 1726. Prefiriendo las ciencias, para
descontento de su familia, partió para estudiar matemáticas y botánica en Angers (1728). Allí leyó además a Newton y siguió cursos de Medicina, pero, habiendo asesinado en
duelo a un joven oficial croata, se vio obligado a abandonar la universidad y
refugiarse en Dijon y en Nantes, donde volvió a encontrar a Evelyn Pierrepont, Duque de Kingston, un joven aristócrata inglés que recorría Europa como viaje de
licenciatura junto a su preceptor Nathaniel Hickman; entabló una estrecha amistad con él y decidió seguirlos en su
periplo, que les llevó a La
Rochelle, Burdeos, Toulouse, Béziers y Montpellier y luego a Italia por Turín, Milán, Génova, Florencia y Roma, aprovechando para acumular libros y teorías matemáticas. De
vuelta, fue elegido miembro de la Academia de Ciencias Francesa con solo 27 años y luego Guardián de los Jardines Reales (más
tarde Jardin des Plantes) en París desde 1739. Entonces, contando treinta y dos años, se le pidió que hiciese
una descripción metódica de las colecciones conservadas en el gabinete real, lo
que impulsó su dedicación a la Historia Natural durante los cuarenta y nueve
años siguientes que le quedaban de vida, distribuyendo su tiempo entre París y
Montbard. Durante este periodo transformó los jardines reales en un museo y
centro de investigación, ampliando considerablemente el parque con la inclusión
de numerosas plantas y árboles procedentes de todo el mundo. En 1773 le fue otorgado el título de Conde de Buffon. Murió en París en 1788.
Obra:
La obra más célebre de Buffon es su Historia
natural, general y particular (L’Histoire Naturelle, générale et
particulière, avec la description du Cabinet
du Roi, 1749-1788) presentada en 36 volúmenes
con 8 volúmenes adicionales publicados a su muerte (por Lacepede). Esta obra engloba el conocimiento del mundo natural hasta la
fecha, excluyendo las plantas, los insectos, los peces y los moluscos. Las
descripciones de animales no fueron probablemente escritas por él, ya que esas
descripciones lo aburrían y las confiaba a menudo a sus colaboradores: se
reservaba para sí las grandes visiones de conjunto y las hipótesis acerca de la
estructura del mundo y de la organización gradual y las transformaciones sucesivas
de la materia inanimada o viviente. El verdadero Buffon debe buscarse en
las Épocas de la Naturaleza.1
·
Historia
de la Tierra
Les époques
de la Nature
Buffon
expuso sus ideas sobre Geología en Historia y teoría de la tierra,
publicada en 1744, un tratado que venía a constituir el principio de su Historia
natural. Este discurso, no muy extenso, va seguido de Pruebas distribuidas
en diecinueve artículos que constituyen una especie de expediente
justificativo, ya que Buffon distingue entre teoría (historia
donde solo figuran hechos demostrados y debidamente comprobados) y sistema (hipótesis
incomprobable acerca de los orígenes). Él pretende escribir solamente teoría.
En cuanto a materia geológica, el desorden de la tierra es solo aparente, ya
que la tierra se deposita en forma de estratos; atribuye esta estratificación a la obra del agua, tanto la del mar como la del cielo, que,
por medio de la erosión, deshace el orden estratificado por el agua marina. Esta
explicación, que atribuye las modificaciones del paisaje a la obra exclusiva
del agua, es llamada neptunismo. Pero a partir de 1745, fecha en que está datada la primera de
las Pruebas, añade a esta explicación la formación por el fuego,
hipótesis llamada vulcaniana o vulcanismo. Más tarde reconoció que el fuego era el agente principal de las
trasformaciones geológicas y desarrolló magníficamente esa hipótesis en
sus Époques de la Nature (1778).
Cuando Buffon publicó Les
époques de la Nature (1778) contaba ya setenta y un años, por lo que
constituye su testamento intelectual y una síntesis de todos sus trabajos. En
la introducción afirma que quiere anotar los cambios sucesivos de la
Naturaleza. Establece siete épocas según los hechos, los monumentos y las
tradiciones:
- En la primera, la materia
del globo se hallaba derretida por el fuego y la Tierra adquiría su forma, se
elevaba en el Ecuador y se achataba por
los polos a causa del movimiento de rotación.
- En la segunda, la materia
se hallaba consolidada ya formando grandes masas de materias vitrescibles.
- En la tercera, el mar, que
cubría la tierra actualmente habitada, alimentaba a los animales provistos de
concha o moluscos, cuyos despojos han
formado las substancias calcáreas.
- En la cuarta se produjo la
retirada de los mares que cubrían los continentes.
- En la quinta, los
elefantes, hipopótamos y otros animales del Sur habitaron las tierras del
Norte.
- En la sexta, se separaron
los dos continentes y apareció el hombre.
- En la séptima época, el
hombre se desarrolló.
Soslaya
los tropiezos que le ofrecían los textos religiosos afirmando que la
interpretación del Génesis no debe ser literal y los seis días de que habla Moisés son precisamente las seis épocas por él descubiertas. «La
verdadera gloria del hombre es la ciencia, y la paz su verdadera felicidad».
Aunque
evidentemente eran medio acertadas y medio erróneas, pero sento las bases como
comentábamos al principio para los hombres que revolucionaron la forma de
contar la historia de la tierra, especialmente Darwin.
Buffon el
biólogo:
Dentro de la biología Buffon destaco en diversas áreas:
En embriología,
Buffon defendió una teoría epigenetista.
Frente al preformacionismo dominante
en la época, Buffon postuló la existencia de «moléculas orgánicas», entidades
primitivas e incorruptibles que constituirían a todos los seres vivos,
uniéndose por «intususcepción» a lo largo de la embriogénesis.
En cuanto a su concepción del organismo,
en su Discours sur la Nature des Animaux Buffon distingue
entre las partes animal y vegetal de los animales, una distinción que sería más
tarde desarrollada por Xavier Bichat y Cuvier:
las funciones vegetativas u orgánicas están siempre actuando y son realizadas
por los órganos internos, de los cuales el corazón es el órgano principal; las
funciones animales son realizadas por las partes externas (los órganos de los
sentidos y las extremidades). Así, podría decirse que un animal es un complejo
de órganos que cumplen las funciones vegetativas (asimilación, crecimiento y
reproducción) cubierto por un envoltorio formado por las extremidades, los
órganos de los sentidos, los nervios y el cerebro, que sería el centro de este
envoltorio. Los animales pueden diferir los unos de los otros en sus partes
externas, sin mostrar grandes diferencias en la ordenación de sus partes
internas. Sin embargo, si los órganos internos cambian, las partes externas
cambiarán infinitamente.
Buffon es uno de los grandes exponentes
de la idea de scala naturae.
Así, Buffon ordena a los seres orgánicos de manera gradual, si bien la
gradación no es de tipo morfológico, sino funcional.
Buffon fue también un firme creyente en
la unidad del plan estructural de los vertebrados.
Por vez primera, y aunque sea a modo de hipótesis, se explica la unidad de plan
por unidad de origen.4
Buffon rechaza la objetividad de la sistemática,
especialmente la linneana, a
la que considera totalmente artificial. Sin embargo, propone un concepto
de especie muy
próximo al concepto biológico moderno, fundamentado en la permanencia de los
caracteres a lo largo de las generaciones y en la imposibilidad de obtener
descendientes fecundos entre dos especies diferentes. En opinión de Buffon, los
vacíos entre especies son la única discontinuidad mostrada por la Naturaleza.
El transformismo de Buffon está limitado
al interior de las especies. Si bien Buffon especula sobre la posibilidad de un
tipo original de donde habrían descendido el resto de los animales mediante
transformaciones morfológicas:
Podremos
también decir que el hombre y mono, como caballo y asno, tienen un origen
común; que en toda familia, tanto animal como vegetal hay un único tronco, e
incluso que todos los animales proceden de uno solo que con el paso del tiempo,
al ir perfeccionándose o degenerando, ha dado origen a todas las demás razas
animales.
Finalmente
rechaza esta hipótesis basándose en la constancia de las especies y la
infertilidad de los híbridos:
¡Pero
no! Por la revelación sabemos con certeza que todos los animales son igualmente
consecuencia del acto de creación; que la primera pareja de cada género y de
todos los géneros salió en su total perfección de las manos del creador. Y
debemos creer que entonces eran casi iguales a como se nos presentan hoy en día
en sus descendientes.
La tesis
de que Buffon era un evolucionista convencido que corrigió sus opiniones por
miedo a la Iglesia, no es aceptada ya por ninguno de los expertos en la obra de
Buffon. Como señala Russell,7 Buffon refuta la posibilidad transformista apelando a criterios
racionales y no a un acto de fe: ¿Cómo podría suceder que dos individuos
«degenerasen» en la misma dirección? ¿Cómo es que no encontramos enlaces
intermedios entre las especies? Para Buffon, las «degeneraciones» han podido
afectar tan solo al tipo original de una especie por influencia especialmente
del clima. No obstante, su cuestionamiento de la constancia absoluta de la
especie, sus reflexiones sobre la historia de la Tierra, la fecundidad de los
híbridos, el papel del medio y la biogeografía, abrirá la vía a la biología lamarckiana.
En anatomía
comparada, su obra no destaca por sus
observaciones detalladas, pero ofrece un programa de investigación que
demostrará una fuerte influencia. Por un lado, insiste en la importancia del
estudio de las estructuras internas (y no solo de la morfología externa) para
la comprensión del funcionamiento de los organismos. Este proyecto será puesto
en marcha por Daubeton y Vicq d'Azyr y conducirá a la gran síntesis de Georges Cuvier. Por otro lado, Buffon, desconfiando de la causalidad final,
tiende a adoptar un enfoque puramente morfológico, considerando las formas
independientemente de su función. Esta vía conducirá a los trabajos de Goethe y Étienne Geoffroy Saint-Hilaire.
No obstante, las ideas de Buffon no estuvieron exentas de controversia. En particular su larga disputa con Thomas Jefferson y otros estudiosos norteamericanos al estar él convencido de que en América prevalecía un estado de evolución retardada tanto para las plantas y animales como para los indígenas. También sostuvo una curiosa polémica por correspondencia con Lord Monboddo, quien, en contra de la opinión de Buffon, insistía en la cercanía del parentesco de hombres y simios.
Pues finalmente era Buffon, cuanto dio de sí la vida de este científico, que os prosigo contando en el siguiente blog.
Muchas gracias por leer, que la ciencia y la fuerza os acompañe.
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