El primer año de Ana y María en estos caminos separados, fue un poco diferente. Ana, por su parte, estuvo con su grado superior y el trabajo. María, por la suya, estuvo habituándose al nivel universitario. Como ya vimos, diferentes, pero unidas siempre. Paso un año, y al fin compartían su carrera soñada: biología. Con un año de separación, María compartió con Ana todas sus experiencias y consejos.
Por su parte, Ana se ofrecía a ayudar en todo lo que podía a su amiga. Se ayudaron y apoyaron, coincidieron en alguna asignatura, pelearon por las mismas asignaturas, pelearon por las mismas optativas (pelear en el sentido de conseguir plaza), compartieron un grupo de amigos, comidas rápidas y sin tiempo, prácticas de semanas enteras, compartieron los momentos de creer que no tenían que seguir, dudaron de sí mismas, de sus capacidades, de sus amistades, de sus amoríos... de miles de cosas. Quizás después del instituto esta sea realmente la etapa en la que te vuelves adulto. Una de las cosas que cambiaron un poco en estos años, fue que Ana encontrara a su amor (como decía su abuela) en la carrera, era un amigo de ambas y se llamaba Fabián, juntos como tantos otros biólogos. También hay que decirlo. María fue la primera que dio su consentimiento y bendición a la relación. Al final, los tres eran una piña, se llevaban a las mil maravillas. Sin embargo, con todo lo que os he contado, cada una tuvo su ritmo y evolución, María se sacó la carrera en 4 años, sin repetir nada, ni hacer sesiones extraordinarias. Mientras que Ana si la costó un poco más sacarse la carrera, tardó 6 años para hacerlo repitiendo varias asignaturas. Nuevamente dos caras de una misma moneda y siempre entre ambas una gran amistad.
María siempre quiso ser bióloga y
además bióloga especializada en biología de tipo: bióloga marina, zoóloga,
botánica, limnología, ornitóloga, ecóloga, etc. Vaya era una bióloga de bota.
Sin embargo, Ana pensó ser médica, veterinaria, enfermera, y otras muchas
profesiones con todas ellas teniendo en común la biología, quizás por eso a Ana
le gustaba la biología molecular, celular, inmunología, bioquímica, fisiología,
etc. Vaya una bióloga de bata. Eran dos seres tan distintos, y aun así tan
sincronizados que su unión era natural, eran equilibrio. Aunque una fue en 4
años y la otra en 6 ambas consiguieron al fin, sus respectivos títulos. Lo
celebraron, en sus respectivos momentos. ¿Y ahora qué?
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