Blog sobre ciencia y divulgación científica. Temáticas tan amplias como la ciencia y los colaboradores que escriben. Temas principales tratados: biología (en todas sus ramas), neurociencia, ciencias de la salud y la tierra, astronomía, geología, y hasta donde la ciencia y la creatividad nos lleve.
Este 2023, han pasado muchas cositas que quiero expresar en esta cartita/blog.
Comencé el año con mis seguidores en twitter, ahora X, con mis seguidores en facebook, mis seguidores en linkedIn que llevaba meses, seguidores en instagram y en cienciared. Las redes sociales han ido creciendo poco a poco como siempre.
Por otro lado, tuvimos un pequeño tropiezo, ya que tuvimos una denuncia y eso supuso la suspensión durante unas semanas de publicaciones, esto fue algo que me afecto personalmente y especialmente, ya que es el primer año que hago calendario de publicaciones con tanta previsión de cada día variando el contenido y añadiendo un programa tan constante. Estaba feliz con empezar así el año. Aunque hubo un tropiezo, conseguimos salir y se ha conseguido seguir haciendo. Incluso, he pedido una semana de descanso de desconexión total en verano.
Por las redes sociales como discord va creciendo poco a poco. Patreon sigue con 1 suscriptor que gracia a esa persona podemos seguir ahorrando. Además, teniendo la suerte de haber cerrado 2022 con el afiliado de twitch. Aunque no he conseguido hacer todo lo que quería desde luego he hecho más directos que en 2021. El afiliado aun no me dio para cobrar, pero cada eurito se sumará al proyecto.
Youtube ha sido quizás el gran crecimiento de este año, gracias a los shorts, reels y directos que nos han permitido ir creciendo progresivamente.
En blogger, hemos conseguido ir manteniéndonos todos los meses, para el año que viene intentare tener todos los meses al menos un blog.
Finalmente, como siempre me siento orgullosa de que me apoyéis, de que sigamos creciendo. Por mi parte sigo trabajando por mejorar, ahora mismo estoy inmersa en colaboración con microbacterium plataforma para mejorar mis habilidades, así como realizando el máster de divulgación científica y gestión del conocimiento y la cultura.
Además de comenzar a colaborar con Lokicia. Y también mantener la colaboración con el colegio oficial de biólogos.
Viendo las estadísticas no pensé que llegaria a tanta gente en tantos sitios. Así que gracias.
Más ciencia con la misma dinámica de este 2023, pero seguramente mejor, eso espero del 2024. No existen suficientes palabras para expresaros lo agradecida que estoy. Ojalá algún día pueda dedicarme a esto, ya que me hace muy feliz.
En colaboración con Microbacterium se me ocurrió un nuevo artículo para explicar cómo dormían los mamíferos marinos, tales como los delfines y las ballenas.
Por otro lado, os dejo el inicio para que os de curiosidad. Os dejo el comienzo:
¿Sabías que los delfines y las ballenas duermen solo con la mitad del cerebro? Sí, como lees. Los delfines y las ballenas, es decir, los mamíferos que viven en los océanos y los mares, tienen un mecanismo muy interesante para dormir. Realmente, es una adaptación al ambiente en donde viven y un mecanismo muy bien desarrollado. No obstante, seguramente te estarás preguntando cómo lo hacen y para qué. Pues bien en las siguientes líneas resolvemos todas estas dudas y alguna más.
Los delfines: mamíferos de agua
Los delfines y las ballenas pertenecen al grupo de los cetáceos marinos. En el caso de los delfines tienen un carácter muy social. En el caso de las ballenas son mas solitarias, pero también se ha visto que pueden colaborar y cooperar entre si.
Los delfines (Delphinidae), suelen ser oceánicos aunque algunas especies son platanistoideos. Esto quiere decir, que son delfines que viven en ríos o zonas de agua dulce. Actualmente, hay 37 especies, siendo un grupo diverso. Miden entre 2 y 8 metros de largo, con un cuerpo fusiforme y la cabeza de gran tamaño, el hocico alargado y solo un agujero denominado espiráculo en la parte superior de la cabeza para respirar por sus pulmones. Es una de las especies más inteligentes que habitan en el planeta. Siendo carnívoros, se encuentran relativamente cerca de las costas y a menudo interactúan con el ser humano.
Las ballenas: los mamíferos más grandes del mundo
Las ballenas(Balaenidae) son una familia de cetáceos con 4 especies distribuidas en dos géneros Balaena y Eubalaena. Sin embargo el término ballena se usa en un sentido amplio para referirse a todos los grandes cetáceos incluidos: el parvorden Mysticeti (cetáceos con barbas) como el rorcual azul (Balaenoptera musculus) y a varias especies del parvorden Odontoceti (cetáceos dentados, como el Physeter macrocephalus o cachalote).
Si quieres saber más, te animo a que lo leas completo en el enlace.
Por otro lado, aquí tenéis la introducción y parte del artículo para que os den ganas de leerlo.
En el presente artículo vamos a hablar de las nuevas células descubiertas en el cerebro. Este hito podría ser tan importante como cuando Santiago Ramón y Cajal descubrió la neurona o Pío del Río Hortega la microglía. Ambos momentos fueron un antes y un después en la neurociencia, suponiendo revoluciones en este área de la ciencia. No obstante, estos nuevos astrocitos descritos por Andrea Volterra, ¿lo son? Lo descubrimos en las próximas líneas.
Describiendo el sistema nervioso
En el contexto del sistema nervioso tenemos que recordar que tenemos un tejido especializado que se encarga de procesar, almacenar y transmitir información mediante unos grupos celulares llamados neuronas y células de la glía, al menos para muchos de los animales. Por otra parte, tenemos que recordar que el sistema nervioso se puede dividir en el sistema nervioso central (SNC) y en el sistema nervioso periférico (SNP). Estos dos se componen de elementos distintos en cuanto a las células que los conforman.
Describiendo los tipos celulares cerebrales
Dentro del SNC y el SNP las células no son las mismas, recordemos en este listado cuáles son:
SNC: compuesto de neuronas y células de la glía (astrocitos, glía interlaminar, oligodendrocitos, microglía y células ependimarias).
SNP: compuesto de neuronas y células de la glía (células de Schwann, células capsulares y células de Müller).
Sigue leyendo en el enlace para conocer más cosas sobre neurociencia.
En las actualidad vivimos en una sociedad competitiva. Esto sumado a que los empleos cada vez garantizan menos la propia subsistencia, por su precariedad y falta de estabilidad, tampoco ayudan. En este contexto, se añade el hecho de que desde la pandemia del Covid 19 en 2020, con el desarrollo tecnológico que se ha introducido en nuestras vidas a diario, se han difuminado más las línea entre lo laboral y lo personal. Por todo ello, es normal que se aumenten los problemas de salud derivados del exceso de trabajo y estrés en estas inadecuadas condiciones. Uno de estos casos extremos es el de la patología asociada al estrés laboral, el síndrome de burnout. Este síndrome hace referencia a la cronificación del estrés laboral, que explicaremos en este artículo.
El síndrome de burnout o síndrome del trabajador quemado o síndrome de desgaste profesional (2) es por definición el estado en que una persona se encuentra con un estrés crónico laboral. Este tipo de patología del ámbito psicológico y médico, se manifiesta a través de un estado de agotamiento físico y mental. Dado que afecta a ambos, se ha visto que el daño físico y mental, al ser una enfermedad crónica se prolonga en el tiempo y llega a alterar la personalidad y autoestima del trabajador. No obstante, esta no aparece de un día para otro, sino que se produce de modo progresivo y gradual [1, 2, 3].
El síndrome de burnout fue declarado en el año 2000 por la Organización Mundial de la Salud como un factor de riesgo laboral por su capacidad para afectar a la calidad de vida, la salud mental e incluso poner en peligro la vida. Su definición no está en el DSM-V (guía de los problemas psicológicos y psiquiátricos), pero suele describirse como una forma inadecuada de afrontar el estrés crónico, cuyas principales características son: el agotamiento emocional, la despersonalización y la disminución del rendimiento personal [4, 5].
Historia del síndrome de burnout
La historia de este síndrome comenzó con su primera descripción por parte de H. B. Bradley en 1960 como metáfora de un fenómeno psicosocial presente en agentes de policía de libertad condicional, utilizando el término staff burnout [6].
En 1976, la psicóloga social Christina Maslach presentó esta sintomatología ante un congreso de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) como síndrome tridimensional, ya que consideraba como dimensiones de análisis a los siguientes constructos: agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal. Ella lo identificó en sujetos que trabajan en contacto directo con clientes o pacientes [7].
En 1980, Herbert Freudenberger publicó su libro titulado ‘Burn Out: The High Cost of High Achievement.What it is and how to survive it‘, texto que se ha transformado en un referente primordial para el conocimiento básico del síndrome de desgaste profesional. Aunque Freudenberger lo propuso en 1974 como un concepto centrado en un estudio netamente organizador, afirmando que este síndrome presentaba sentimientos de agotamiento y frustración. Asimismo, de cansancio, que se generan por una sobrecarga de trabajo, e incluyó, en su explicación, el término de adicción al trabajo. También fue el primero en proponer este tipo de relación asociada a un desequilibrio productivo. En 1980, amplió su teoría y conceptualización, agregando que estos sentimientos se deben a cargas irracionales de trabajo que se imponen los individuos a sí mismos o que les imponen quienes los rodean [6, 7].
Por otro lado, en 1980, también aparece Cherniss, quien lo concibió como un proceso y propuso tres momentos: el primero, asociado a un desequilibrio entre la carga laboral y las posibilidades del sujeto de responder de forma óptima a esta; un segundo, cuando se produce una respuesta emocional negativa y fuerte; y el tercero, que propone un cambio conductual y actitud de parte del individuo.
Contemporáneamente, surgió la de Edelwich y Brodsky, quienes lo relacionaron más con una pérdida progresiva de la energía, motivación e ideal asociada a las profesiones de ayuda a su cargo. Por ello, se propusieron fases progresivas: entusiasmo, estancamiento, frustración y apatía [8].
Principales síntomas del síndrome de burnout
Lo primero que podemos pensar es, ¿cómo saber si tienes el síndrome de burnout? Bueno, en sus orígenes, el síndrome del trabajador quemado fue identificado en mayor medida en aquellas profesiones que están en relación con el trato al público, con una elevada exposición social. Sin embargo, puede darse en cualquier ocupación. Otro factor muy importante del síndrome de burnout se da cuando existe una gran discrepancia entre las expectativas laborales del trabajador y la realidad de las tareas a las que se enfrenta día a día. Por supuesto, también influye en esto el ambiente laboral con exceso de tensión, degradado y/o con relaciones laborales conflictivas.
Los principales síntomas del síndrome de burnout son los siguientes:
1. Agotamiento físico generalizado
El trabajador sufre una pérdida de energía en todos los niveles de salud. En este caso, nos centramos en las señales del agotamiento físico: fatiga crónica, aumento de peso o bien pérdida de apetito. También puede reflejarse en la aparición psicosomática como dolores musculares, migrañas, problemas gastrointestinales y, en el caso de las mujeres, desregulación del ciclo menstrual [10]. Otros síntomas asociados al agotamiento físico y parte de la somatización del ámbito psicológico son [10, 11]:
Alteraciones gastrointestinales.
Cefaleas y migrañas.
Trastornos cardiovasculares.
Trastornos del sueño.
2. Agotamiento mental generalizado
El trabajador sufre una pérdida de energía en todos los niveles de salud. En este caso, nos centramos en las señales del agotamiento mental: el estrés y la ansiedad son los principales protagonistas que preceden al síndrome del trabajador quemado. Especialmente este síndrome se alimenta de ambos, además de tener relación con la aparición de trastornos adaptativos, relacionados con el estrés, la ansiedad, la depresión y el insomnio.
Otros síntomas asociados a estos son los trastornos en la conducta: descontrol de impulsos, trastornos alimentarios y agresividad. También, los trastornos de carácter emocional: baja autoestima, depresión, ansiedad, déficit en atención y concentración. Además, todos estos provocan unos síntomas de tipo psicológico secundarios que son defensivos ante esta situación, tales como: negación de la realidad o las emociones, ironía, cinismo, frialdad afectiva y deshumanización [10].
3. Despersonalización y cinismo
El síndrome burnout produce un cambio en el comportamiento del trabajador que lo sufre. Lo más habitual es que adopte una actitud de indiferencia y desapego, reduciendo claramente su compromiso hacia el trabajo. Esto se manifiesta en sus relaciones en el ámbito laboral: compañeros, clientes, etc. La irritabilidad y el endurecimiento del trato se convierten en tónicas habituales dentro de la forma de interactuar en el trabajo. Además, de las interacciones en el ámbito personal [10].
4. Descenso en la productividad laboral y desmotivación
Los tres puntos anteriores derivan en una bajada de la productividad laboral y en una desmotivación. A su vez, esto produce frustración y evidencia una ausencia de realización personal en el trabajo. Aumenta la falta de atención hacia las tareas, olvidos frecuentes y una desidia generalizada que nace de la dificultad para concentrarse [10].
El problema es que se convierte en un círculo vicioso que se retroalimenta constantemente. Esto se debe a que nunca consigue ser el trabajador que era antes de quemarse y ello genera mayor sufrimiento. En efecto, esta se suma por la incapacidad de cumplir con el trabajo, concentrarse, gestionar sus actividades, etc. Impidiendo así el avance, aumentando las tareas pendientes, así como la ansiedad y estrés que comentábamos anteriormente, y vuelta al ciclo.
Asociados a los síntomas comentados anteriormente, nos encontramos que el síndrome de burnout, presenta 4 fases diferentes [11]:
Etapa de entusiasmo o leve.
Etapa de estancamiento o medio.
Etapa de frustración o grave.
Etapa de apatía o extremo.
Otras causas para tener el síndrome de burnout
La estrategia para poder hacer frente al síndrome del trabajador quemado es fruto de distintas causas. La propensión a sufrirlo se da cuando coinciden los siguientes factores:
Factores de riesgo personales:
Baja tolerancia a la frustración.
Baja tolerancia de la exposición al estrés.
Circunstancias vitales estresantes como cuidado de enfermos.
Circunstancias estresantes por enfermedades graves.
Circunstancias estresantes por pérdidas
Factores relacionados con la organización:
Lagunas en las tareas asignadas al puesto de trabajo.
Sobredimensionamiento de funciones.
Responsabilidades.
Ambiente laboral complicado.
Fallas en el liderazgo en la empresa.
Sobrecarga de trabajo sostenida.
Presión asistencial.
Falta de apoyos y recursos laborales.
¿Cómo prevenir el síndrome de burnout?
Las medidas preventivas frente al síndrome de burnout son similares a aquellas necesarias para manejar situaciones de estrés laboral normal.
Para conseguir revertir una situación de trabajador burnout es crucial identificar y modificar las condiciones de trabajo que lo han producido. En efecto, cuando la exposición es prolongada puede ser necesaria una reubicación del trabajador, un asesoramiento psicológico o acompañamiento en el puesto para rectificar los hábitos adquiridos.
Si analizamos, evaluamos y protegemos al trabajador con síntomas de estar entrando en un proceso de burnout podremos evitar daños a la salud. Además, podremos recuperar a un trabajador eficiente, motivado y sano. En efecto, el entorno laboral, social y familiar se beneficiará de ello. La prevención es posible. Es más prevenir, minimizar y eliminar el riesgo, es esencial.
Uno de los principales encargados de dicha tarea es el departamento de recursos humanos, quienes deben velar por tal bienestar laboral. Asimismo, los sindicatos y, por supuesto, los managers, así como cada uno de nosotros como compañeros ayudando a que el ambiente sea el mejor posible. Especialmente, la empresa se vera desfavorecida ante un trabajador con este síndrome, debido a que implica para ellos: abandono de la organización, rotación laboral, insatisfacción laboral, pérdida motivación, pérdida de productividad, ambiente laboral malo, mala imagen con el cliente, etc [11].
¿Cómo tratar el síndrome de burnout?
Como hemos comentado prevenirlo e identificarlo en las primeras fases es lo mejor, pero también podemos encontrar estrategias para afrontar este síndrome de modo individual y desde nuestra empresa [11, 12]:
1. Estrategias individuales
Técnicas de autocontrol emocional. Son un conjunto de técnicas psicológicas para frenar y reducir el malestar emocional. Se subdividen en:
Técnicas de reestructuración cognitiva: aprender a rebatir los pensamientos negativos y cambiarlos por otros más racionales.
Técnicas de habilidades sociales: potenciando los comportamientos eficaces de interacción social.
Técnicas de resolución de problemas: estrategias útiles para buscar respuestas rápidas y racionales ante los problemas reales que se nos puedan presentar.
Técnicas de respiración, para rebajar los niveles de estrés y ansiedad.
Técnicas de relajación, para rebajar los niveles de estrés.
Técnicas de mindfulness, rebajar los niveles de estrés.
Muchas de estas técnicas necesitarán de buscar ayuda psicológica y ayuda en realizar actividades que relajen a la persona (yoga, deporte, etc).
2. Estrategias organizacionales:
Programas de socialización anticipada. Se encuentran dentro de los programas de acogida de personal, y su objetivo es que el trabajador adquiera las habilidades necesarias para efectuar su trabajo antes de insertarse al mundo laboral.
Programas de retroinformación y evaluación. Se trata de dar información al trabajador sobre su actividad laboral, pero sin presentarla como un juicio encubierto, sino como parte de la cultura organizacional, para su propia mejora profesional.
Programas de desarrollo organizacional. Se centran en crear el ambiente óptimo y los programas adecuados dentro de la organización, con el objetivo de que el trabajador se encuentre motivado para el cambio y desarrollo personal y profesional.
Prevalencia de la enfermedad
Respecto a la prevalencia de este síndrome, la información disponible es fragmentada, no habiendo aún ningún estudio epidemiológico que permita visualizar el porcentaje de población real que la padece, aunque existen investigaciones que se han abocado a realizar esfuerzos en torno a determinar la prevalencia en diversos campos [10, 11].
En este contexto, en una investigación realizada a una muestra de 11.530 profesionales de la salud residentes en España y América Latina, se pudo constatar que la prevalencia de burnout en este tipo de profesionales fue: 14,9 % en España, 14,4 % en Argentina, 7,9 % en Uruguay, 4,2 % en México, 4 % en Ecuador, 4,3 % en Perú, 5,9 % en Colombia, 4,5 % en Guatemala y 2,5 % en El Salvador [11, 12].
Por otro lado, respecto a la prevalencia existente en docentes latinoamericanos, se aprecian diversas investigaciones tendientes a determinarla, pudiéndose indicar que para el caso de México alcanzaría al 35,5 % (en una muestra de 698 docentes de 51 escuelas), para Chile un 27,4 % y con proclividad un 47,2 % (en una muestra de 479 profesores de educación preescolar, básica o primaria y media o secundaria) y para Perú un 40 % (en una muestra de 616 docentes de educación primaria y secundaria) [12, 13].
Conclusión
En conclusión, dado que no hay ningún estudio realizado en profundidad con este síndrome necesitamos más investigación al respecto. Por otro lado, este síndrome es algo evitable y prevenible mediante las distintas estrategias comentadas previamente. Finalmente, toda la educación recibida sobre el trabajo, la educación social y laboral, así como toda la formación dada a todos los miembros de una empresa en materia de gestión emocional y laboral, es esencial.
El ámbito personal es fundamental siempre trabajarlo con terapia, mindfullness y todas las herramientas necesarias para nuestro cuidado personal. Los problemas mentales de cualquier índole siguen siendo muy desconocidos y casi un tema tabú. Por otro lado, la sociedad comienza a hablar progresivamente más de ello, por lo cual las organizaciones y empresas empiezan a cambiar sus programas y estrategias para reducir las causes que puedan llegar a provocar este síndrome.
Artículo editado por Equipo de Microbacterium
Bibliografía
Real Academia Nacional de Medicina (ed.). Diccionario de términos médicos. Editorial Médica Panamericana. p. 1500. ISBN978-84-9835-183-5.
World Health Organization (1994). ICD-10 International Classification of Diseases. Geneva: American Psychiatric Publishing, Inc. p. 1244. ISBN9789241544191.
Bosqued, Marisa (2008). Quemados, el síndrome del burnout: qué es y cómo superarlo. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica, S. A. p. 208. ISBN9788449321474.
Lic. Benatuil, Denise Psicologa; Lic. DAnna, Ana Psicóloga; Lic. Boso, Gabriela Psicóloga (2004). «SÍNDROME DEL QUEMADO (BURNOUT) EN TRABAJADORES DE LA SALUD». Acta Académica (Facultad de Psicología – Universidad de Buenos Aires). Consultado el 28 de abril de 2021.
Valdivia Cabrera, Gonzalo; Avendaño Bravo,, Cecilia; Bastías Silva,, Gabriel; Milicic Muller,, Neva; Morales Freire,, Alejandro; Scharager Goldenberg,, Judith (2003). Estudio de la salud laboral de los profesores en Chile: Informe final de proyecto (PDF). Santiago de Chile: Facultad de Medicina y Ciencias Sociales, Pontifica Universidad Católica de Chile. p. 109.
Si alguna vez te has encontrado en mal estado físico, especialmente con el aparato digestivo o te molesta el estómago. Lo más probable es que alguien te haya ofrecido una infusión de manzanilla. También, si sois mujeres y tenéis determinados problemas íntimos. Hoy, en este artículo te explicaré el porqué de estos conocimientos y qué ciencia hay detrás de los mismos.
La manzanilla oChamaemelum nobile es una pequeña hierba perenne de la familia de las conocidas como plantas con flores compuestas. La manzanilla de olor dulce es un miembro de la familia Asteraceae, una de las más numerosas del reino vegetal, con alrededor de 20.000 especies, entre las cuales se encuentran las margaritas y los girasoles. También conocida como camomila, sus flores se usan para hacer tés, manzanillas y extractos [1, 2].
La Chamaemelum nobile comúnmente conocida como manzanilla o camomila común o romana es una hierba perenne de la familia de las asteráceas. Se encuentra en campos secos y alrededor de jardines y terrenos cultivados. Su distribución en global por Europa, América del Norte y América del Sur.
Es utilizada tradicionalmente en productos para el cuidado del cabello y de la piel en infusiones, perfumes y cosméticos. También, para dar sabor y aromatizar alimentos. No obstante, por lo que es más conocida es por su uso en la medicina tradicional, aunque no haya evidencia científica suficiente que respalde las propiedades medicinales que se le atribuyen.
La manzanilla es una hierba perenne. Presenta hojas sésiles, alternas y hermafroditas. En posición terminal presenta en verano una inflorescencia en forma de capítulo paniculado, como las margaritas. Los capullos terminales, solitarios, que se elevan de 20 a 30 cm por encima del suelo, constan de prominentes flores amarillas en forma de disco y flores radiales blancas. Las flores radiales son alrededor de 20, con la lígula blanca, mientras que los del disco son numerosos. Debido al hermafroditismo, en la corola amarilla las puntas de las anteras ovadas (zona masculina) y el extremo del estilo trunco (zona femenina), completando la flor para el intercambio y fecundación con otras plantas. Esto facilita la polinización y formación de los frutos posteriormente [1].
Por su parte, los frutos son aquenios cilíndricos, de alrededor de 1 mm de diámetro, algo mayores que los radiales. La polinización la realizan himenópteros (abejas, abejorros, avispas y hormigas), pero la planta es capaz de auto polinizarse también, gracias a su estructura comentada previamente.
Si queréis ver estas flores, su época de floración en el hemisferio norte es durante junio y julio, en los meses de verano. Destaca por su fragancia dulce, afrutada y herbácea. Como curiosidad genética, os diremos que su número de cromosomas de Chamaemelum nobile y táxones intraespecíficos: 2n=18, el ser humano es 2n=23 [3].
Su distribución se da en toda Europa continental, excepto Países Bajos, las islas británicas y el norte de Asia. Por ello, y gracias a nuestro clima es muy común en la Península Ibérica, si bien menos abundante en el área mediterránea [2]. En la actualidad, España es el país líder en el cultivo de manzanilla alrededor del mundo y, debido a su expansión por todo el mundo, Argentina se encuentra en segundo puesto de mayor productor de esta hierba [4].
Esto se debe a que esta especie necesita estaciones cálidas con climas templados para su desarrollo, pero soporta bien las heladas, la sequía, la falta de nutrientes y elevadas concentraciones de alcalinos [3, 5].
La Chamaemelum nobile figura en la categoría de menor preocupación en la lista roja, pero la tendencia de la población de plantas en el Reino Unido presenta una disminución a ritmo significativo. Esta disminución de la población se debe al drenaje de los pastizales húmedos, la disminución del pastoreo y la reducción de los pastos que se utilizaban como campos de cultivo. Aunque la población de la especie está disminuyendo, hay algunas plantas ubicadas en al menos un área protegida. No existen programas de concienciación educativa, legislaciones internacionales o manejo internacional para esta especie [3].
Historia de la manzanilla
Es conocida desde la antigüedad y fue usada desde la Antigua Grecia debido a su cultivo con fines ornamentales y sobre todo medicinales.
La explicación de la transmisión boca a boca del buen hacer de la manzanilla, es lo que dirían los expertos de ahora, una venta de marca o branding perfecto. No obstante, sus bases científicas también están aquí [6].
Al igual que en la antigua Grecia en la Roma imperial fue muy popular y usada la manzanilla por sus supuestas propiedades medicinales. El porqué de sus dones medicinales se debe en parte a su extraordinaria abundancia en compuestos polifenólicos. Estos compuestos que se encuentran en sus flores, poseen la capacidad de provocar algunos efectos en nuestro cuerpo tales como: relajante muscular, eliminadoras de gases intestinales, depresoras del sistema nervioso central, regeneradoras celulares, antioxidantes y germinicidas [7, 8, 9].
Compuestos que hacen especial a la manzanilla
Es por ello que la manzanilla, especialmente en forma de infusión, se ha utilizado para numerosos fines, y no solo como bebida, sino también como agua de aplicación tópica.
Entre sus “compuestos virtuosos” destacan [10, 11, 12, 13]:
Apigenina: un compuesto que por sus propiedades produce o induce el proceso de la autofagia celular (es decir, la destrucción de células viejas o defectuosas). Esto es ciertamente preventivo frente a distintos tipos de cáncer, especialmente la leucemia. Aunque sin dejar de lado los tratamientos clínicos y de la medicina moderna.
Cumarina: es una molécula que se ha demostrado supresor del apetito. Al suprimir el apetito en algunas circunstancias, es por lo que se dice que tiene propiedades dietéticas. Además, tiene propiedades antimicrobianas por lo que son buenas para el sistema inmune. También son antioxidantes, es decir, buenas para el envejecimiento celular y las muchas enfermedades asociadas.
Farnesol: este compuesto aceitoso es un pesticida natural contra los ácaros. Por otra parte, se usa como desinfectante eficaz contra virus y bacterias. Es por todo ello, que lavarse las manos o el cuerpo con manzanilla puede ser desinfectante.
Nerolidol: este compuesto como el anterior, de tipo aceitoso en este caso aromático terpénico, se denomina así, por los terpenos (moléculas que son las encargadas de provocar el olor de muchas plantas o aroma). Por ello, se emplea comunmente en perfumería. Por otro lado, en la industria farmacéutica, también se usa como potenciador de la penetración a través de la epidermis de fármacos. Esto último, explica la eficacia de muchas aplicaciones tópicas de infusión de manzanilla.
Quercetina: es el flavonol más abundante en la dieta humana y como tal es un buen antioxidante y antiinflamatorio. Además, ayuda a reducir el tejido adiposo, cuando se combina con el resveratrol (medicamento farmacológico).
Luteolina: este compuesto se desempeña como antioxidante. Concretamente se encarga de captar los radicales libres. Por su parte, también presenta propiedades antiinflamatorias y su uso en la prevención de la inflamación ha sido muy común, modulando el sistema inmune. En efecto, este se encarga de los más conocidos efectos de la manzanilla estabilizando el cuerpo, ya que es un promotor del metabolismo de carbohidratos.
Hasta el momento son pocas las evidencias y estudios concluyentes que apoyen las virtudes de la manzanilla en el campo medicinal. Al menos en lo que respecta a los seres humanos. Una revisión de diversos estudios en 2015, no logró establecer evidencias concluyentes sobre sus efectos como relajante e inductora del sueño. Asimismo, el Centro Nacional para la Medicina Integrativa de los Estados Unidos no le otorga evidencia por el momento a ninguna de sus propiedades, si bien sí reclama más estudios ante varios resultados sugerentes [14, 15].
Beneficios ‘supuestos’ de la manzanilla
Los sugerentes beneficios a seguir estudiando son [16]:
Como antiinflamatorio: gracias a los polifenoles presentes como agentes antioxidantes y antiinflamatorios (en otros de sus componentes, ya mencionados previamente).
Como desinfectante: debido al poder antiséptico de los compuestos antes descritos.
Como regenerador celular de la piel: por el papel de la apigenina.
Para calmar el apetito: por el papel de la cumarina.
Como reductor de hemorroides: por a sus virtudes antiinflamatorias en los diferentes compuestos.
Como tratamiento de la inflamación de prepucio y labios vaginales: por a sus virtudes antiinflamatorias en los diferentes compuestos.
Cambios en la flora intestinal, debido a las propiedades de la luteolina. Esto se demostró en un estudio de 2005 del Imperial College de Londres donde se analizó la orina de catorce voluntarios que, durante dos semanas, debieron consumir diariamente manzanilla. Los autores analizaron muestras tomadas desde dos semanas antes de iniciar la intervención hasta dos semanas después de haber dejado la infusión [17, 18].
El resultado fue un incremento de sustancias como la glicina y el hipurato en la orina. Esto demostraba un aumento en la secreción de estas sustancias, que presumiblemente se debía a cambios en la flora intestinal. Ambos compuestos son conocidos por sus efectos relajantes sobre el sistema nervioso central, así como antiespasmódicos y analgésicos. Por ello, podrían ser eficientes generando cambios en el conocido eje cerebro-intestinal. No obstante, no se pueden dar por significativos estos resultados ni sacar conclusiones con 14 individuos estudiados. El estudio observa posibles relaciones con algunas de las tradicionales virtudes de las infusiones de manzanilla.
En resumen, remedio contra el dolor de tripa y el dolor menstrual al reducir los espasmos y calmar la musculatura; agente carminativo, es decir reductor de gases, sobre todo por su efecto relajante; sedante y suave; y, reductor de la acidez estomacal. Con respecto a este último, una revisión científica en 2006 encontró que la manzanilla redujo la producción de ácido gástrico. Este ácido, puede ser un problema si está en abundantes cantidades para sufrir reflujo ácido. Ello podría ser debido a su efecto sedante [19].
Se han visto, efectos no demostrados científicamente, de que su control en el sistema digestivo y el eje cerebro-intestinal, puede ayudar al control de la glucemia, y con sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, mejorar un poco la vida de personas diabéticas, que tendrían una ayuda natural a problemas asociados a su enfermedad [20].
Contraindicaciones ‘supuestas’ de la manzanilla
Así como lo lees, hay contraindicaciones. Aunque parece que todo es bueno, en algunas ocasiones puede ser que la manzanilla, no sea el mejor remedio. Tal es el caso de las mujeres embarazadas, a las que puede provocar vómitos e incluso contracciones uterinas, llegando a dar incluso un aborto espontáneo.
Tampoco debe usarse para limpiar los ojos, como tradicionalmente se hace. El motivo es que, a pesar de su supuesto poder desinfectante, algunos estudios demuestran que también puede provocar alergias e irritaciones que lleven a infecciones y dolor.
Tampoco es recomendado con fármacos antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno, la aspirina, etc. Esto es debido, a que algunos de los compuestos de esta planta pueden interactuar con las propiedades anticoagulantes de estos fármacos.
La manzanilla no debe ser utilizada por personas con cánceres de mama, ovario, útero, endometriosis o fibromas uterinos pasados o presentes. Aunque, decíamos que podía ser preventiva, si se tiene un diagnóstico de cáncer, es mejor no usarla. El porqué de esto, se debe a que las sustancias como la apigenina (que se encuentra en la manzanilla) son inhibidores de CYP2C9 una enzima responsable del metabolismo de muchos fármacos en el cuerpo. Esta en concreto es esencial en los tratamientos de muchos canceres actualmente. Por eso, se hace esta recomendación [1, 5].
¿Debo tomarme una manzanilla si después de comer no me encuentro bien?
Tomar una infusión de manzanilla cuando se siente dolor de estómago o después de una comida copiosa es una práctica tan tradicional como habitual. Los estudios científicos dicen que para esto, parece que la manzanilla si ayuda de verdad [21].
Los primeros artículos científicos que hablaban de sus múltiples beneficios se remontan a los primeros años del siglo XX. En dichos estudios, en los que se que proclamaba la capacidad de la hierba para bloquear las acciones de los convulsivos y otros compuestos químicos que causan espasmos, eran debido a las propiedades sedantes de la manzanilla, que ya comentamos.
Recientemente, en el 2015, se descubrió el bisabolol, uno de sus componentes principales, que tiene propiedades antiinflamatorias y relaja el revestimiento del músculo liso del tracto digestivo. En dicho estudio, se inducia una gastritis experimentalmente y otras inflamaciones de las membranas mucosas. El tratamiento con manzanilla demostró consistentemente efectos antiinflamatorios rápidos y prolongados [22].
El té de manzanilla ofrece propiedades carminativas, es decir, ayuda a reducir la sensación de gases y la hinchazón que pueden causar malestar estomacal. Esto sumado a las propiedades antiinflamatorias también pueden ayudar a aliviar las afecciones estomacales, incluido el síndrome del intestino irritable [23].
La explicación a la que apuntan los científicos es que la infusión de manzanilla ofrece un efecto calmante natural, que puede ayudar a reducir el estrés y el malestar estomacal. Esto al menos si está probado científicamente. Una opinión acorde a las conclusiones alcanzadas por un estudio de 2015, que revisó la prevalencia de factores de estilo de vida asociados con la enfermedad gastroesofágica (ERGE), que es la expresión más severa de reflujo ácido. Siendo un método que ayude a los tratamientos médicos modernos [23, 24].
El extracto de manzanilla podría ofrecer beneficios similares a los de tomar antiinflamatorios no esteroideos, pudiendo aliviar los síntomas de ansiedad y depresión. Un estudio descubrió que las personas que tomaron dosis diarias de extracto de manzanilla experimentaron una reducción de hasta un 50 por ciento en los síntomas de ansiedad [25].
En realidad, los riesgos que pueden asociarse al consumo de la manzanilla son mínimos y solo importantes en determinados sectores de población (embarazadas, personas con toma de anticoagulantes, aplicación en los ojos, etc) [3].
Otros usos de la manzanilla
Además de los usos medicinales de la manzanilla, expuestos previamente, y aun sin suficientes evidencias científicas. No podemos dejar de mencionar otros usos que también posee esta planta en nuestro día a día [26, 27, 28, 29, 30].
Cosméticos. Tradicionalmente se usaba especialmente, desde la edad media, en productos para el cuidado del cabello ( con el agua para aclararse, dejando además un buen olor) y de la piel en perfumes y cosméticos, actualmente.
Decorativos. Se puede utilizar para crear un césped de manzanilla fragante. Un césped de manzanilla necesita tierra liviana, humedad adecuada y sol para prosperar. Cada metro cuadrado contiene 83-100 plantas. El césped solo es apto para tráfico peatonal ligero.
Té o infusiones. El té de manzanilla es una infusión de hierbas a base de flores secas y agua caliente, como ya vimos en el artículo de la tila es sencillo de preparar. Los dos tipos de manzanilla utilizados para prepararla son la manzanilla romana (Chamaemelum nobile) y la conocida como manzanilla alemana (Matricaria recutita). Que da como resultado una bebida color amarilla claro, aromática y ligeramente amarga.
Cerveza. Cómo lo lees, la manzanilla se ha utilizado históricamente como ingrediente en la elaboración de cerveza. A diferencia del té, en el que solo se utilizan las flores, en la elaboración de cerveza se utiliza la planta entera. El sabor amargo es útil en la cerveza. Las cervecerías artesanales modernas y los cerveceros caseros usan en ocasiones manzanilla. Actualmente existen un gran número de cervezas comerciales elaboradas con manzanilla.
Picor en la zona vaginal. La picazón vaginal puede ser interna (vaginal) o externa (vulvar, labial o perineal). Aunque en la mayoría de los casos los síntomas son leves y suelen desaparecer al cabo de pocos días. También puede estar ocasionado por diversos factores, como la entrada de bacterias, parásitos intestinales, la aparición de hongos o el déficit de vitaminas, entre otras causas [29, 30, 31].
Normalmente cuando hay picor en la zona vaginal, suele ser síntoma de infección en las partes íntimas, los cuales se caracterizan por una sensación bastante molesta e incómoda acompañada de irritación en la zona y, a veces, la aparición de flujo vaginal. Los picores vaginales se suelen dar en la zona de la vulva, cuando son externos. Además, este tipo de comezón suele estar acompañado por otros síntomas como irritación, inflamación en los labios, enrojecimiento y flujo vaginal. Lo mejor es ir al médico, pues son varias las principales causas del picor vaginal:
Infección vaginal: las más comunes están causadas por hongos, tales como candidiasis (Género Candida), o a través de bacterias (especialmente la E. coli es una de las más comunes), como la gonorrea (Neisseria gonorrehae) y la clamidia (Género Clamidia). Suele aparecer dolor al orinar, falta de lubricación, flujo vaginal con olor desagradable y dolor durante el coito.
Sequedad vaginal: este trastorno se caracteriza por la falta de lubricación en la vagina. Esto produce escozor y picor en la vulva.
Seborrea genital: no es muy común en esta área, pero el picor es uno de los síntomas.
Dermatitis vulvar: esta infección vaginal se produce por las agresiones que sufre, bien por contacto de ropa inadecuada, o por una reacción alérgica generada por cremas, jabones, desodorantes u otros productos.
Parásitos de la piel: el más habitual es la sarna, el cual puede generar picores intensos en esta zona.
Parásitos en el vello púbico: las ladillas son los microorganismos que más suelen aparecer en esta zona, y se transmiten generalmente a través de las relaciones sexuales.
Figura 6. Imagen de una mujer con molestias y picor en las zonas íntimas. Fuente: https://www.agrupacionginecologica.es/es/actualidad/picores-vaginales–pueden-deberse–109
Por todo lo visto anteriormente, se recomienda tener una buena higiene íntima para evitar las infecciones. Para ello, limpia de forma adecuada la zona anal (para que no infecten la vagina), utiliza ropa cómoda ancha y, a ser posible, de algodón para mantener una buena ventilación y humedad de las partes íntimas.
En medio de esta cuestión aparece nuevamente la manzanilla, ya que como hemos visto tiene muchas propiedades calmantes, antiinflamatorias y antisépticas por lo que es un remedio natural que puede calmar el picor. Preparando una infusión de manzanilla con una cucharada de hojas y flores por cada 200 ml de agua, es decir, un vaso. Hervir la planta, colarlo y dejarlo enfriar. Un baño con agua de 15 o 20 minutos [31].
Conclusión
Como ya vimos con la tila en mi anterior artículo, las plantas medicinales, las que hemos usado siempre, siguen necesitando diversos estudios, para probar si son o no medicinales. No obstante, parece que aquí, aunque no está claro porque no hay resultados significativos, si hay alguna evidencia de que las propiedades de esta maravillosa planta nos pueden ayudar. Hemos comentado sus múltiples aportaciones desde el sistema digestivo a la zona íntima femenina.
Por tanto, sin dejar las medicinas que sí están testadas en laboratorios, toda la ayuda que nos pueda dar esta magnífica planta, no parece que nos vaya a hacer mal. Excepto en las embarazadas como hemos comentado. Sin duda, la manzanilla es otra gran desconocida, de la que esperemos pronto tengamos más investigaciones.
Artículo editado por Equipo de Microbacterium
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