domingo, 3 de noviembre de 2024

La odisea de Laika, un análisis de la perrita espacial en plena Guerra fría (Parte II)

 Artículo redactado por Victor Pantoja Aguilar.

Hoy día 3 de noviembre Laika, en 1957 fue al espacio, nosotros hoy, conmemorando este día aunque 67 años después, vamos a revivirlo. Si no has leído la primera parte, te la dejamos aquí. Y ahora si, sigue leyendo... 

Desarrollo de la misión y lanzamiento 

Con la misión en marcha, fue necesario realizar por protocolo de seguridad las pruebas pertinentes de los motores del vehículo lanzador, posteriormente el cohete seleccionado, un R-7 Semyorka, fue embarcado y partió hacía Baikonur el 19 de octubre de 1951. De manera paralela, como se explicó en el apartado de “proceso de elección” inició la preselección de los pasajeros caninos a manos de los doctores del ejército soviético. Estas pruebas se llevaron a cabo durante un período de 4 semanas y estuvieron a cargo de los médicos Oleg Gazenko y Vladimir Yazdovsky, quienes evaluaron la resistencia y comportamiento de los perros en condiciones extremas.  La decisión final se tomó el 31 de octubre de 1957 y por el rendimiento, Albina, Mishka y Laika fueron las mejores.  

Después, se escogió a Laika para ser lanzada en el Sputnik II, a Albina como sustituta en caso de alguna complicación y a Mishka como perro de control, permaneciendo en la tierra. La tarea de Mishka era ser un “control experimental” para monitorear, en comparativa a la futura ubicación de Laika y sus factores extremos, las respuestas fisiológicas y el estado de la perrita en un entorno controlado en la Tierra. 

Luego de tener los roles asignados, se hicieron intervenciones quirúrgicas en los perros seleccionados. Su propósito era situar los cables que se conectarían en los sensores y transmisores del ritmo respiratorio. También, como se comentó previamente, los instrumentos ayudaban para medir el pulso y la presión sanguínea. Como dato, uno de estos fue colocado en la parte de la costilla. 

Así mismo y después de pasar por ese proceso médico, no sólo sería esperar hasta el lanzamiento, porque el entrenamiento de las perras continuaría durante su estancia en Tyuratam, cerca de Baikonur, donde cada una de las caninas eran colocadas dentro de la cabina durante algunas horas de manera diaria para ser adiestradas en el uso del sistema de alimentación. Y, poco antes de comenzar la fase final, se les traslado a la plataforma de lanzamiento, aunque se descubrió un grave problema en el sistema de control de vuelo el 30 de octubre. Sin embargo, finalmente uno de los ingenieros del proyecto consiguió hallar una solución y el calendario del proyecto siguió su curso normal. 

Cuatro días antes del lanzamiento, Laika fue de manera definitiva encerrada en la cápsula del Sputnik II para las pruebas finales. Durante este período, que incluyó el 31 de octubre al 3 de noviembre, los ingenieros ajustaron los aspectos técnicos mientras Laika permanecía en su interior, enfrentando las bajas temperaturas del cosmódromo de Baikonur. En razón de esto, para mantener su salud y bienestar, le proporcionaron por medio de un tubo calor artificial, asegurando que las condiciones dentro de la cápsula fueran adecuadas sin comprometer la misión.   

En continuación, alrededor del mediodía del 2 de noviembre de 1957, Laika permaneció dentro de la cápsula, y una vez pasada la medianoche, fue cuando se le colocó en el Sputnik II, justo en la parte superior del vehículo lanzador. 

Lanzamiento 

Fue el 3 de noviembre de 1957 a las 7:22 de la mañana, en el cosmódromo de Baikonur (actualmente parte de Kazajistán) el lanzamiento del Sputnik II al espacio, llevando a la perrita Laika como la primera astronauta viviente. Donde previamente al vuelo, los sensores mostraron que su frecuencia cardiaca era de 103 latidos por minuto, aumentando a 240 latidos por minuto durante la aceleración inicial, evidenciando un claro estado de estrés.  No obstante, los datos biométricos recopilados por la sonda no eran especialmente precisos, y solo podían recopilarse durante los 15 minutos siguientes al lanzamiento. Hoy en día, dispositivos modernos como el Dinbeat Uno, supervisa en tiempo real y de forma inalámbrica los datos, algo inimaginable en la época de Laika

Imagen 1. Laika en su cubículo. Imagen extraída de: https://www.lavozdegalicia.es/xlsemanal/naturaleza/laika-viaje-espacial-animales-astronautas.html 

Continuando con la travesía del cohete, el Sputnik II con una velocidad máxima de 28.800 km/h, alcanzó una órbita elíptica alrededor de la Tierra, que significaba que su trayectoria formaba una elipse, variando su distancia con respecto a la superficie terrestre. Esta órbita tenía un apogeo (punto más alejado de la Tierra) de aproximadamente 1,671 kilómetros y un perigeo (punto más cercano a la Tierra) de 225 kilómetros. Debido a la inclinación orbital de 65.3 grados, el satélite pudo sobrevolar una amplia parte de las latitudes terrestres, incluyendo zonas como Siberia, Europa, y partes de América del Norte y del Sur. En consecuencia, el Sputnik II completaba una vuelta a la Tierra cada 103 minutos, moviéndose a gran velocidad a través de la atmósfera superior. 

Una vez en esta órbita, el cono de la nariz del Sputnik II se separó con éxito. No obstante, surgió un problema cuando el núcleo del Bloque A no se desprendió correctamente, lo que afectó el funcionamiento del sistema de control térmico de la cápsula. Por lo tanto, parte del aislamiento térmico se desprendió, provocando que la temperatura en la cabina se elevara peligrosamente hasta alcanzar los 40 grados centígrados. Esta situación complicó las condiciones para Laika, quien tuvo que soportar un entorno mucho más extremo de lo previsto. 

Después de tres horas de ingravidez, la frecuencia del pulso de Laika disminuyó a 102 latidos por minuto, una señal del estrés físico al que estaba siendo sometida durante la misión. Como repertorio, los datos de telemetría enviados por la cápsula indicaban que Laika se encontraba agitada, posiblemente debido a las condiciones extremas, como el calor y el cambio de gravedad y que no estaban completamente previstas por los ingenieros.  A pesar de su agitación, los registros también mostraron que Laika estaba comiendo, lo que sugería que aún conservaba parte de su comportamiento biológico en un ambiente tan hostil. Desafortunadamente, luego de 5 a 7horas de vuelo aproximadas, no se recibieron más señales de vida de la nave espacial. 

¿Qué fue lo qué paso con Laika? 

Como se explicó en el apartado “Problemas de tiempo y tecnológicos”, el viaje de Laika no tenía retorno desde un inicio debido a limitaciones tecnológicas para su reingreso a la atmósfera. En sí, los problemas tecnológicos se vieron agravados por la prisa en completar la misión en un contexto de Guerra Fría, lo que llevó a presiones políticas para los científicos soviéticos en cumplir con lo ordenado. Y, para proyectar una imagen positiva a nivel mundial, las versiones oficiales sobre la muerte de Laika fueron modificadas, porque durante muchos años el gobierno soviético afirmó que Laika había muerto sin dolor tras orbitar durante una semana. Sin embargo, la evidencia demostraba que Laika solo sobrevivió seis horas después del lanzamiento. 

Imagen 2. Estatua dedicada a Laika. Imagen extraída de: https://www.eldiariodelcentrodelpais.com/la-martir-que-cambio-al-mundo/ 

 Básicamente, su muerte se debió a una combinación de problemas respiratorios y un paro cardíaco, resultado de no soportar las temperaturas extremas que superaron los 40 grados Celsius en su cabina. Ahora bien, a pesar de los cálculos iniciales que pronosticaban que Laika podría sobrevivir entre 8 a 10 días, el exceso de calor y la deshidratación provocaron su fallecimiento prematuro.No fue sino hasta el 2002 donde se daría más información de la causa de muerte, a manos de Dimitri Malashenkov del Instituto para Problemas Biológicos de Moscú, quien había participado en el lanzamiento del Sputnik II.  

Él hizo pública la información en el World Space Congress en Houston, Texas. Ahí Malashenkov divulgó que, contrariamente a la información oficial, Laika había muerto a causa del calor y no de forma pacífica, no obstante, el gobierno soviético siguió insistió en que Laika había fallecido sin dolor, y se llegó a afirmar erróneamente que había permanecido en órbita durante 163 días. Esta versión soviética sostenía que la nave, al entrar en la atmósfera, se había desintegrado de forma segura. Desafortunadamente en la versión oficial, la nave y el cadáver de Laika se desintegraron al reentrar en la atmósfera terrestre. 

Después de tres décadas, Oleg Gazenk, el científico encargado de entrenar a Laika, en su pesar por el incidente, comentó: “Cuanto más tiempo pasa, más lamento lo sucedido. No deberíamos haberlo hecho... lo que aprendimos de esa misión no fue suficiente como para justificar la muerte de la perra.” 

Reacción mundial 

Por la versión esparcidas del gobierno referente al estado de Laika, durante una semana en boletines informativos o periódicos, se creía que seguía con vida, esto ante interpretaciones difusas por el contenido informativo. Inclusive algunos creían que iba a regresar. Naturalmente y como reflejo de la vaguedad, la prensa internacional admiraba el logro soviético, pero seguía manifestando su preocupación por Laika. Llegados a este punto, cuando la agencia de noticias soviética informo la realidad, justificando su sacrificio en órbita como “por motivos de la humanidad”, cambio drásticamente su posicionamiento social y el auge de las protestas de defensores animales.  

Por tales motivos, Moscú y las Naciones Unidas fueron protagonista de cartas a manera de queja, donde denunciaban el acto como cruel, pero en un primer momento las protestas no tuvieron apenas influencia. Todo en consecuencia de que, a mediados del siglo XX, el activismo pro-animalista era minoritario, pasando a ser un tema menor que apenas ocupaba espacio en los diarios de tirada nacional, mientras que Europa y muy especialmente Reino Unido sí mostraron más rotundamente su rechazo 

Avances científicos de la misión 

Laika, al ser el primer ser vivo en orbitar la Tierra, proporcionó datos preliminares sobre la respuesta fisiológica de un organismo al lanzamiento y a las condiciones extremas del espacio. Lo anterior, gracias a la cápsula Sputnik II, que estaba equipada con sensores que permitieron monitorear la respiración, el pulso y la presión arterial de Laika. Estos datos fueron esenciales para comprender cómo un organismo podría soportar las fuerzas de aceleración, la microgravedad y los cambios bruscos de presión y temperatura. No obstante, las condiciones dentro de la cápsula se deterioraron rápidamente, lo que limitó la recopilación de algunos datos importantes. Esto se debió a la temperatura en la cabina, dando un aumentó considerablemente perjudicial, lo que contribuyó al fallecimiento prematuro de Laika. Por ello, esta experiencia evidenció la importancia crítica de un control térmico eficaz en futuras misiones espaciales. 

Imagen 3. Infografía de los animales pioneros que viajaron al espacio. Imagen extraída de: https://elcomercio.pe/tecnologia/ciencias/laika-primer-vivo-enviado-espacio-noticia-470738-noticia/ 

Igualmente, a raíz de la misión de Laika, los científicos se dieron cuenta de la necesidad de desarrollar sistemas de soporte vital más avanzados para los vuelos tripulados, especialmente para mantener un ambiente adecuado en la cabina y proporcionar un suministro confiable de oxígeno, y aunque la misión de Laika no estaba diseñada exclusivamente para medir la exposición a la radiación, su experiencia contribuyó al conocimiento general de las condiciones a las que estarían expuestos los seres vivos en el espacio, influyendo en la creación de medidas de seguridad para misiones humanas posteriores. 

Por otro lado, los datos biométricos recopilados durante el vuelo de Laika sirvieron como herramienta para el diseño de cabinas más seguras para los futuros cosmonautas. Además, la evaluación de factores de estrés, como la aceleración durante el lanzamiento y la microgravedad, ayudó a los científicos a establecer protocolos y procedimientos para mantener seguros a los astronautas en futuras misiones. En consecuencia, estos hallazgos impulsaron mejoras técnicas en el diseño de las cápsulas espaciales, especialmente en el aislamiento térmico y en la protección durante el reingreso a la atmósfera, aspectos que se perfeccionaron en misiones posteriores como la Vostok , tripulada por Yuri Gagarin 

Intereses ocultos 

Aunque la misión tuvo resultados científicos y tecnológicos, también estuvo fuertemente influenciada por intereses políticos y estratégicos vinculados con la Guerra Fría, como se explora al principio de este artículo en “contexto histórico. Estos intereses incluían la necesidad del espionaje como herramienta para conocer a sus oponentes, sobre todo al tener evidencias de su avance, empezando por Estados Unidos. Quien usaba aviones espía U-2 para recolectar información sobre la Unión Soviética.  

Para ello, los vuelos se realizaban desde bases en países como Turquía y Pakistán, lo que permitió obtener datos sobre instalaciones militares, infraestructura y despliegue de armas nucleares. Este espionaje ejercía presión sobre la Unión Soviética, que buscaba métodos alternativos para contrarrestar la ventaja de inteligencia estadounidense. 

Como forma de nivelar el terreno, la Unión Soviética exploró el uso de satélites con fines tanto científicos como estratégicos. Surgiendo el Sputnik I, el cual tenía como misión principal demostrar la capacidad de la Unión Soviética para enviar objetos al espacio, siendo la tecnología subyacente una implicación de la capacidad militar potencial, ya que demostraba que los soviéticos podían desarrollar cohetes intercontinentales y satélites que pudieran ser usados para el espionaje. De igual manera, un detalle clave fue el “bip” audible en los equipos de radio, lo que aumentaba la sensación de amenaza para los Estados Unidos.  

Luego, impulsado por el 40.º aniversario de la Revolución Bolchevique, la misión Sputnik II, buscaba avanzar en la investigación espacial, pero también pretendía mostrar que la Unión Soviética lideraba la carrera espacial. Por consiguiente, la misión de Laika que no sobrevivió al vuelo, fue presentada al público como un paso crucial en el entendimiento de las condiciones para la vida humana en el espacio, aunque las verdaderas intenciones incluían un fuerte componente de propaganda y demostración de poder 

Para justificar lo anterior, es importante analizar la información proporcionada del hijo de Nikita Khrushchev, Sergei Khrushchev, quien trabajó como ingeniero en el desarrollo de naves y vehículos espaciales soviéticos. Revelando en su libro "Nikita Khrushchev and the Creation of a Superpower" que los objetivos de la carrera espacial estaban profundamente ligados a la rivalidad militar y al deseo de obtener ventaja estratégica sobre Estados Unidos. Por ende, su testimonio ofreció una visión interna de las decisiones del Kremlin, que iban más allá de la búsqueda del conocimiento científico y la conquista del espacio. 

Otro dato importante para aclarar es la narrativa que se ha difundido, que afirma que el ingeniero Andrei Nikolaevich Tupolev convenció a Nikita Khrushchev de desarrollar una industria espacial con fines de espionaje. Esto no es totalmente exacto, ya que Tupolev fue un influyente ingeniero en la aviación soviética, pero el principal responsable del desarrollo del programa espacial soviético fue Sergei Korolev, conocido como el "padre" del programa espacial soviético. Básicamente, Korolev lideró el diseño y desarrollo de los cohetes que permitieron el lanzamiento de satélites y misiones tripuladas al espacio, estableciendo las bases para la capacidad espacial de la Unión Soviética. 

Cuestiones éticas y jurídicas 

Vacío legal 

Conforme a la normatividad acorde a la década de 1950, desempeñada en el estado soviético, ellos contaban con un marco normativo muy limitado en perspectiva del bienestar y protección animal, como en experimentación científica. Por ende, sin leyes específicas en el uso de animales para su experimentación o protocolos de ética relacionados al caso, como el sufrimiento de estos, su regulación era inexistente. Facilitando el envío de Laika sin objeciones jurídicas por su laguna legal, puesto que, su cuerpo legislativo sólo abordaba la regulación del control sanitario y la productividad agrícola, sin incluir disposiciones sobre la protección de animales en experimentos, donde una visión utilitarista era la justificación de sus medios, aunado a lo descrito en el apartado de “¿Por qué no se envió un ser humano al espacio?” Paralelamente, un poco de tiempo después la Declaración de Helsinki (1964), dirigida a la experimentación con seres humanos, estableció directrices más detalladas sobre el trato ético y la necesidad de minimizar el sufrimiento en experimentos (con el paso del tiempo, esta influencia se extendido a la investigación con animales, cuestionando prácticas como las experimentaciones espaciales)  

Derechos para los animales 

En contraste de temporalidad, algunos países occidentales ya empezaban a introducir regulaciones básicas sobre el bienestar animal. Por ejemplo, el Reino Unido lo hacía con su “Ley de Crueldad hacia los Animales”, creada en 1876. Posteriormente, en 1933, el régimen nazi había promulgó leyes de bienestar animal, conocidas como “Ley para la mejora de la situación jurídica del Animal en el Derecho Civil” o “Ley Tierschutzgesetz”, aunque con políticas específicas, que incluían regulaciones como imponer a los propietarios la obligación de garantizar una vida digna y evitar el sufrimiento de los animales (art.903). Por otro lado, en el continente americano, el caso de Argentina, con su Ley N.° 14346, conocida como “Ley contra los malos tratos y actos de crueldad a los animales”, tipifica como delito el maltrato contra los animales y sus respectivas penas en el art. 1°. 

Actualidad vs antigüedad jurídica 

En un supuesto donde la misión Sputnik II se pensará realizar en nuestros tiempos, como primer conflicto tendría que enfrentarse con los convenios internacionales, especificamente en la declaración universal de los derechos de los animales de 1978,  que establecen principios de derecho a los animales para ser respetados y a no ser sometidos a malos trato, cuyo objetivo, incluiría el prohibir el uso de animales en experimentos científicos si no se garantiza su bienestar y si no se les proporciona una vida digna, considerado lo de Laika una violación grave de sus derechos. Es importante recordar este párrafo para más adelante 

Como segundo problema, el protocolo de Ámsterdam de 1997 reconoce a los animales como seres sensibles en la Unión Europea y obliga a los estados miembros a velar por su bienestar. En consecuencia, el envío de la perrita sin retorno, con condiciones extremas y sin medidas adecuadas para evitar su sufrimiento o darle una muerte digna, habría sido un tema de discusión grave en contra de Rusia, sin embargo, al no pertenecer a la unión europea no se vería obligado a realizarlo, pero si la misión se hubiera producido en algún país miembro, este si tendría obligatoriedad.   

Imagen 4. Animales en el espacio, imagen representando a Belka y Strelka, de las que ya hablamos en redes sociales con Ammu (link carrusel y link video). Imagen extraída de: https://ricosdias.com/perros-en-el-espacio-y-los-derechos-de-los-animales/ 

En el tercer conflicto, Rusia es asignataria a “Los Tratados y Principios de las Naciones Unidas sobre el Espacio Ultraterrestre”, ratificado el 10 de octubre de 1967. Ahora bien, siguiendo lo dispuesto del artículo III, “Los Estados Parte en el Tratado deberán realizar sus actividades de exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, de conformidad con el derecho internacional, incluida la Carta de las Naciones Unidas, en interés del mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales y del fomento de la cooperación y la comprensión internacionales. Si en un caso hipotético, la unión soviética y la existencia de este Tratado, como normatividad internacional hubiera sido positivo en 1978, y también, hipotéticamente se hubiera ratificado antes de la misión, las actividades espaciales se tendrían que realizar de acuerdo con el derecho internacional. En consecuencia, a lo de Laika,  violando principios internacionales modernos, porque el respeto por los derechos de los animales y su bienestar se considera parte de las obligaciones internacionales.  

Regresando de nuevo al artículo III de “Los Tratados y Principios de las Naciones Unidas sobre el Espacio Ultraterrestre, establece que las actividades espaciales deben llevarse a cabo en interés del mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales. En el contexto de la misión Sputnik II, esto puede interpretarse como la necesidad de practicar una conducta ética que respete la dignidad y el bienestar de todos los seres vivos involucrados, ya que, el inadecuado a Laika no promueve un entorno de paz y respeto universal.  

Y, en el apartado del fomento de la cooperación y comprensión Internacionales, habría abierto de forma temprana el dialogo por la presión internacional y la necesidad de adherirse a estos principios, donde podrían haber llevado a una revisión y modificación significativa de los protocolos para asegurar el respeto y la dignidad de los animales involucrados, no obstante, en plena guerra fría sería impensable, sin embargo, esto es meramente una reflexión jurídica. 

Como mencionan especial, aunque no son leyes, los principios de las "3Rs" se aplican a la experimentación animal en muchos países y en la investigación espacial. Estos principios buscan reemplazar el uso de animales cuando sea posible, reducir la cantidad de animales usados y refinar los procedimientos para minimizar el sufrimiento. Y, referente a experimentaciones, el código Internacional de Ética para la Experimentación en Animales, promueven directrices de bienestar animal. 

Para concluir con la hermenéutica jurídica, en comparativa a la URSS y la Rusia moderna, Rusia tuvo un proyecto de ley "Sobre el trato responsable a los animales", que fue presentado a la Duma de Estado rusa (Cámara baja) en 2010 y fue aprobado en su primera lectura en marzo de 2011, “recordó la agencia rusa RIA Nóvosti”. No obstante, cinco años después, en 2016, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, llamó a aprobar la ley y dio las instrucciones correspondientes al Gobierno de Rusia. En síntesis, de su cuerpo legal, su normativa prohíbe promover el trato cruel a animales, sacrificios y aspectos relacionados con la interacción de estos. Adicionalmente, según el Voiceless Animal Cruelty Index (VACI), como organización de defensores del bienestar animal de todo el mundo, en un ranking mundial a partir de su investigación coloco a Rusia en el top 55, siguiendo su presunto índice de crueldad animal. 

Legado de Laika 

Laika ha sido objeto de numerosas representaciones en sellos postales, placas conmemorativas y esculturas. Un ejemplo de esto es en 1997, en la Ciudad de las Estrellas, donde se desveló una placa en honor a los cosmonautas caídos, donde Laika es representada espiando entre las piernas de uno de ellos. Además, en el Monumento a los Conquistadores del Espacio en Moscú, Laika y Lenin son los únicos nombres que se destacan, por lo que las esculturas en la Ciudad de las Estrellas (1972) y en Moscú (2008) han perpetuado su memoria, mientras que las colecciones de sellos y posters propagandísticos han inmortalizado su figura. 

En cuanto a cultura pop, la historia de Laika ha inspirado una vasta gama de obras en la cultura mundial, donde ha aparecido en docenas de películas, libros y series de televisión. Entre estas, destaca la novela gráfica "Laika" de Nick Abadzis, que ofrece un relato realista y biográfico que ha sido galardonado con varios premios Eisner. Adicionalmente, en España, el programa de divulgación científica "Órbita Laika" honra su memoria y educa al público sobre la ciencia, transmitiendo durante seis temporadas en Televisión Española. 

Imagen 5. Eduardo Saénz de Cabezón divulgador científico matemático, presentador de órbita Laika, programa de divulgación científica. Imagen extraída de: https://www.rtve.es/rtve/20200227/orbita-laika-magia-ciencia-vuelve-a-2-sexta-temporada-del-programa/2004783.shtml 

Y, su figura ha influido también en la música, con canciones que narran su travesía y reflexionan sobre su sacrificio, como la pieza de Mecano que menciona: "Y si hacemos caso a la leyenda, entonces tendremos que pensar que en la Tierra hay una perra menos y en el cielo, una estrella más."  

Conclusión  

La misión de Laika en el Sputnik II representa un hito crucial en la historia de la exploración espacial, marcando el inicio de una nueva era en la que los seres vivos pudieron abandonar la atmósfera terrestre. Sin embargo, este logro viene acompañado de una profunda reflexión ética sobre el costo del progreso científico. 

De forma general, su historia pone de manifiesto la compleja interacción entre la ciencia, la política y la ética. Por un lado, su misión proporcionó datos invaluables que allanaron el camino para futuros vuelos espaciales tripulados. Por otro, el sufrimiento y la muerte prematura de Laika plantean serias cuestiones sobre la justificación del sacrificio animal en nombre del avance científico. 

Imagen 6. Laika en animación. Imagen extraída de: https://ricosdias.com/perros-en-el-espacio-y-los-derechos-de-los-animales/ 

Sin dudas, el caso de Laika también ilumina el contexto geopolítico de la época, mostrando cómo la carrera espacial fue en gran medida impulsada por la rivalidad de la Guerra Fría, a menudo a expensas de consideraciones éticas. Por ello, este episodio ha contribuido significativamente a la evolución de las normativas sobre experimentación animal y ha influido en los protocolos éticos en la investigación científica. Simultáneamente, el legado de Laika trasciende el ámbito científico, convirtiéndose en un símbolo cultural que ha inspirado obras de arte, literatura y música. En síntesis, su historia continúa resonando en la conciencia pública, recordándonos la importancia de equilibrar el progreso científico con la responsabilidad ética. 

En última instancia, la misión de Laika nos insta a reflexionar sobre el verdadero costo del avance tecnológico y nos desafía a buscar formas más éticas y humanitarias de expandir nuestros horizontes científicos, porque su sacrificio no solo contribuyó al conocimiento espacial, sino que también provocó un cambio en la percepción pública sobre el trato a los animales en la experimentación científica, dejando una huella indeleble en la historia de la exploración espacial y en nuestra comprensión de la responsabilidad ética en la ciencia. 

Artículo editado por Ana María Morón Usero, creadora de Ammu Neuroscience and Biology.

Podéis consultar más conceptos y palabras en el glosario de astronomía y el artículo tratando la experimentación animal, por qué es necesaria aunque ojalá no tuviera que realizarse.

Más sobre la autor:

Víctor Pantoja Aguilar es Divulgador científico por parte del Instituto Mexicano de Flora Sustentabilidad Social A.C y el Comité Nacional de Capacitación Ambiental, además, es Licenciado en derecho en la Uvm.  Así mismo, se inclina en sus áreas de divulgación por el derecho espacial, la astronomía y continuamente se forma en cursos, conferencias o libros para estar actualizado. Para finalizar, es activista en contra de las pseudo-ciencias.

Ha colaborado con el proyecto de Ammu Neuroscience and Biology, proyecto que intenta acercar la ciencia a la gente. Os animamos a leer otros post, donde aprenderéis mucho sobre la ciencia, tenéis más artículos escritos por Ammu y el resto de colaboradores.

Que la ciencia y la fuerza os acompañe.

Bibliografía

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